Textil: negociación colectiva para un sector en crisis
Las negociaciones colectivas del textil, que revisten una especial complejidad al tratarse de la negociación de nueve convenios diferentes a un tiempo, y se enmarcan en una crisis generalizada del sector, se reanudan el lunes, tras los dos días de huelga convocados por las centrales sindicales. Las negociaciones afectan a unas 5.200 empresas y a 400.000 trabajadores, de los que aproximadamente el 50 % son mujeres.Las negociaciones, que no corresponden exactamente a un convenio-marco, tratan de unificar unos mínimos para todos los subsectores (seda, lana, algodón, ramo de agua, confección, fibras de recuperación, géneros de punto, fibras diversas y desmotadoras) y acordar de forma separada, pero paralelamente, las condiciones específicas de cada bloque de actividad. En este sentido, aunque la mesa negociadora es una, las centrales han solicitado a cada subsector de forma individualizada la revisión de convenios. Las características técnicas de las diferentes industrias, que condicionan sistemas de trabajo diferenciados, la dimensión (desde empresas como Induyco, con unos 7.500 trabajadores, a pequeños talleres de confección de seis u ocho operarias) y la vigencia de antiguos reglamentos y ordenanzas diferenciadas, explican la complejidad de las negociaciones.
A ello habría que unir la situación de crisis del sector, que ocupa un primerísimo lugar en cuanto suspensiones de pagos, quiebras cierres, especialmente en Cataluña, y la existencia de planes de reestructuración -muchos de ellos aún sin comenzar- para racionalizar estas industrias. Los problemas del textil, que no son exclusivamente españoles, se agravan en nuestro país, donde gran parte de las industrias están tecnológicamente muy anticuadas o descapitalizadas.
Temas conflictivos: salario, mínimo y vacaciones
Las negociaciones, por parte de los trabajadores, están conducidas por CCOO, UGT, USO y CSUT. En el aspecto salarial, las centrales reivindican un salario mínimo de ochocientas pesetas diarias. Esta cifra, según manifestaron a EL PAIS fuentes de la patronal, supondría un incremento del 29 % sobre las 620 pesetas que se abonan en la actualidad. Los empresarios, que afirman no estar en condiciones de asumir esa cifra, han ofrecido en la última sesión negociadora 675 pesetas, para los primeros nueve meses del 79, y setecientas pesetas, para el último trimestre, lo que significaría -según sus afirmaciones- un incremento del 13 %, acorde con el decreto gubernamental sobre aumentos salariales.Otro de los temas conflictivos en estas negociaciones es el relativo a vacaciones. Las centrales reivindican treinta días naturales de vacaciones, a disfrutar en los meses de mayo a septiembre. En la actualidad, dentro del sector textil existen cuatro períodos de vacaciones diferentes, según los subsectores: dieciocho, veinte y veintiún días laborales, y veintiocho días naturales. La patronal, que vuelve a afirmar no estar en condiciones en estos momentos de unificar de una sola vez las vacaciones en el sector, ofrece dos días más a los que actualmente disfrutan dieciocho, un día más a los que disfrutan veinte y congelación para el resto.
Vigencia, derechos sindicales y absentismo
Otro de los problemas planteados en estas negociaciones, de cara a unificar unas condiciones mínimas para todo el sector, es la vigencia de los acuerdos. Al tratarse de múltiples convenios, algunos de ellos cuentan con vigencia diferente y los trabajadores, de cara a aunarlos todos, pretenden que algunos de ellos sean válidos únicamente por nueve meses y que el acuerdo conjunto que se suscriba tenga validez por un año. La patronal, con igual objetivo y pensando que la Administración no va a aprobar convenios por nueve meses, pretende que el convenio tenga una validez de dos años, aunque en los temas salariales sea revisado al año de vigencia.Frente a la reivindicación sindical del 10 % del salario convenio en concepto de beneficios, la patronal contrapone la disminución del absentismo, que alcanza en el sector un nivel del 20 %. «Nivel que no está justificado ni aun por la mayoritaria presencia de mano de obra femenina en estas industrias.»
