Carrillo reta a Suárez y a Felipe González a un debate televisión
Santiago Carrillo retó el pasado domingo a Felipe González y a Adolfo Suárez a polemizar con él en TVE, aunque confesó que no espera que acepten, porque se rompería la imagen de bipartidismo que el PSOE y UCD quieren afirmar. El secretario general del PCE, que considera «escandaloso» un debate televisivo solo a dos, pronunció el pasado domingo dos mítines, por la mañana en Sestao (Vizcaya) y por la tarde en Málaga. En ambos actos, el líder comunista repartió sus críticas entre los dos partidos mayoritarios.
Después de dos mítines en Madrid, el sábado, Santiago Carrillo emprende un domingo de campaña en el tren Costa Vasca, para amanecer por la mañana en Bilbao, primer punto de destino. En el tren suben Carrillo, Gros -su inseparable ayudante y hombre de confianza-, tres periodistas y dos policías del Cuerpo General que van siempre con el líder comunistá, «como de la familia», dice Carrillo.Despertamos en un insólito País Vasco -completamente nevado-, llegando a un Bilbao frío, neblinoso y desierto a estas horas. El mitin es a las 12.30, en Sestao.
A. la entrada del frontón donde se celebra el mitin, una agencia informativa extranjera entrevista a Carrillo: «El primer problema del País Vasco es la autonomía, que debe llegar cuanto antes. Solo así se podrá acabar con el terrorismo, que es producto de la falta de autonomía.»
El frontón está lleno hasta la bandera, unas 7.000 personas, trabajadores y mujeres de la ría. Mientras se acallan los gritos de «¡Carrillo, Carrillo!», Tomás Tueros, el número dos de la candidatura por Vizcaya, abre el acto. Carrillo fuma constantemente. En segundo lugar, Claudia Origlia arremete -nada menos que en País Vasco- contra la moral tradicional que condena a las mujeres a la cocina, los hijos y la autoridad del varón. «Las mujeres han escuchado demasiado los consejos de la Iglesia.»
Habla después Roberto Lertxundi. Mete unos párrafos en euskera y comienza a arremeter contra el PSOE, «que ha hecho poco por la autonomía de Euskadi, y el pueblo se lo va a recordar votándole menos». Después le da el repaso al Gobierno de empresarios de UCD, la patronal pura y dura de Luis Olarra, los burgueses vascos del PNV, y acaba donde empezó: el PSOE no ha hecho la política más adecuada.
Carrillo hace un mitin a tono con la audiencia: obrera y vasca. La Babcock Wilcox está muy cerca de aquí. Comienza recordando que el PCE quería la unidad de la izquierda para las municipales y el Senado, «pero los socialistas no han, accedido, porque quieren presentar esto como un match Felipe-Suárez», que tiene tongo, porque el 1 de marzo se abrazarán.
El reto: cuatro en TVE
Carrillo exige estar en ese debate televisivo cuyo reto ha lanzado Felipe González a Adolfo Suárez. Para el secretario general comunista, sería un escándalo utilizar la TVE para un duelo a dos. «Yo reto a la vez a Felipe y a Adolfo a polemizar conmigo en TVE.» Después, en una rueda de prensa, extendería la invitación a Fraga.
Reparte Carrillo sus críticas entre UCD -«Suárez imita a Fraga diciendo que en este país no hay condiciones para la lucha de clases»- y el PSOE -«Los socialistas no quisieron llevar a los trabajadores al Gobierno»-, ataca a quienes «quieren imponerse al pueblo por la violencia, de uno u otro lado», y termina pidiendo el voto para los socialistas «que se acuerdan del partido de Pablo Iglesias, de Indalecio Prieto y de Largo Caballero».
Después del mitin, una breve rueda de prensa y al aeropuerto de Sondika -reescrito con k- Allí mismo se come, esperando el avión. Pero éste se retrasa. Ha ido a llevar a Felipe González desde Tarragona a Málaga, y no puede correr más. Carrillo se preocupa: «No podemos dejar plantados a los de Málaga», porque en cuanto anochezca se cierra el aeropuerto.
Por fin, el avión llega y reposta mientras las autoridades de Sondika le miden los segundos. En el último instante despegamos, a uña de caballo por la pista.
La llegada a Málaga tiene bastante de espectacular. Una furgoneta de Iberia nos lleva desde el avión a la sala de autoridades, y aquí, Carrillo se encuentra con Felipe González, que esperaba el avión para irse a Zaragoza. Carrillo entra preguntando por eljefe de los socialistas. Felipe se levanta del sillón, se abrazan y entablan un corto diálogo: «Vaya caña nos está dando, don Santiago. A ver si hoy le da una poca a UCD, que el 2 de marzo nos tocará a nosotros darle al PCE.» Carrillo contesta que este día los comunistas estarán en mejor situación para seguir arreándole al PSOE.
Salimos hacia el centro de la ciudad escoltados por motoristas de la Policía Municipal, hasta el polideportivo donde se celebra el mitin, que está ya abarrotado por 7.000 u 8.000 entusiastas. Es grande el optimismo de los comunistas en Málaga. «El segundo diputado ya lo tenemos -el 15-J el PCE sacó un escaño en Málaga-, y vamos a por eltercero.»
Empieza hablando Trujillo, el segundo de la candidatura, que ya se siente diputado, pide que se saque a Andalucía del subdesarrollo y arremete contra «ese partido de señoritos andaluces que ahora viene a darnos lecciones de andalucismo». Después, Tomás García, ex diputado y primer candidato, ataca el problema dantesco de Andalucía: el paro. «Aristócratas, terratenientes,banqueros y centralistas nos esquilmaron.» Marcelino Camacho, que esperaba en Málaga, apenas puede hablar, completamente afónico: en un día ha dado cinco mítines en la provincia.
Carrillo, como siempre, cierra el mitin. «Hacemos esta campaña en inferioridad de condiciones, porque UCD utiliza la televisión, los alcaldes y los secretarios de ayuntamiento, y porque no tenemos más dinero que el que nos dan los trabajadores de este país. No nos llegan los millones de Alemania Federal, ni tampoco de Moscú, de Pekín o de otro país socialista. Ni queremos.»
Sale después el tema del presunto duelo Felipe-Adolfo y más tarde el del Gobierno monocolor de banqueros. «La primera responsabilidad es de UCD, pero también el PSOE se negó a llevar a los trabajadores al poder. Sin embargo, la democracia necesita la unidad entre los socialistas y comunistas. »
Termina el día con una cena con la prensa local y las últimas declaraciones: «No vamos a firmar un pacto de programa si no se nos garantiza un órgano que vigile su cumplimiento. Llámeselo supergobierno, comité de vigilancia o como se llame.» Vuelta al aeropuerto, a las doce de la noche, para recibir la noticia de que el avión, como un caballo reventado, se ha quedado averiado en Zaragoza. Dicen de mandar otro desde Madrid, pero al final se vuelve en vuelo regular. Siempre hay que volver a Madrid, porque no faltan cosas que hacer en los ratos libres. Ayer, lunes, Santiago Carrillo se trasladó a Córdoba, donde pronunció un mitin y sostuvo una conferencia de prensa.
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