Desaire diplomático de López Portillo al presidente Carter
El presidente mexicano, José López Portillo, sorprendió ayer a su huésped y colega norteamericano, Jimmy Carter, con un inesperado desaire diplomático y una fuerte crítica a los pasados y presentes «abusos y engaños» de Estados Unidos sobre México.
En respuesta, Jimmy Carter le contestó a su anfitrión con una serie de generalidades sobre los derechos humanos y, como coletilla, le recordó a López Portillo el primer viaje que, como ciudadano normal, hizo a México, del cual «sólo me acuerdo de lo que vulgarmente se conoce como venganza de Moctezuma», una referencia a los desajustes intestinales que suele producir la comida mexicana.El desaire diplomático, según funcionarios norteamericanos que acompañan a Carter, comenzó en el primer instante de la visita, cuando López Portillo, en lugar de acudir a estrechar la mano de Carter al pie de la escalerilla del avión, hizo recorrer más de la mitad de la alfombra roja a su huésped, negándole luego, un incipiente abrazo que apenas pudo disimular el norteamericano.
En las palabras de bienvenida, López Portillo llegó a ser incluso más duro y, en lugar de adoptar la política clásica de dedicar a su invitado frases positivas y esperanzadoras sobre las relaciones de los dos países, le leyó todo un tratado sobre la necesidad de basarlas «en la dignidad y respeto mutuo», a la vez que pedía «buena fe y juego limpio» para el futuro.
Fuentes norteamericanas también interpretaron como excesivamente frías las palabras que el presidente mexicano pronunció durante -la cena que le ofreció a Carter. Tradicionalmente, estas palabras de brindis suelen ser algo menos formales que los discursos polítícos y, en cualquier caso, suelen ser amables y calurosas. Por el contrario, López Portillo señaló que, «entre vecinos permanentes y no ocasionales, el engaño o el abuso repentino son frutos venenosos que tarde o temprano revierten».
El hecho de que López Portillo fuera duro y claro en sus intervenciones y, por el contrario, Carter se limitara a generalidades e incluyera palabras disonantes, fue resaltado por algunos comentaristas norteamericanos, y uno llegó a señalar que «los discursos de Carter parecían escritos por Woody Allen».
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