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FASA-Renault abrió su factoría de Valladolid

La normalidad ha sido la tónica imperante ayer en la factoría de FASA-Renault, que volvieron a abrir sus puertas a las dos de la tarde. Alrededor de 15.000 obreros entraron a esta hora en las naves y reanudaron el trabajo sin que se registrara ningún tipo de incidente. Por la mañana, las colas para recoger la tarjeta que entregaba la empresa a los partidarios de volver a sus puestos fueron constantes. Prácticamente la totalidad de la plantilla se pasó por las taquillas instaladas en montaje-1 y en el campo de fútbol. Para los que no pudieron hacerlo ni el lunes ni ayer, FASA habilitó unas mesas a la entrada de las factorías de forma que nadie se quedara sin el documento por falta de tiempo.La jornada laboral no registró apenas novedades. A las seis, los trabajadores celebraron las clásicas asambleas del bocadillo. En las reuniones, que no se prolongaron ni un minuto más de lo acordado para descansar, se discutió si se aceptaba la oferta empresarial o se acudía al laudo de la Dirección Central de Trabajo. Al parecer, la mayoría se inclina por la aceptación de la propuesta patronal, aunque también hay grupos partidarios de que sea la autoridad laboral quien decida y otros que pretenden que se reanuden las discusiones de la comisión negociadora. A las seis y cuarto los trabajadores se reintegraron a sus puestos nuevamente.

Hoy, a las siete de la mañana, abrirá sus puertas la factoría de Palencia. En la consulta similar a la de Valladolid, llevada a cabo ayer, casi todos los empleados retiraron las tarjetas puestas a su disposición por la empresa.

Pese a la normalidad, todavía quedan sin resolver las cuestiones propias del convenio, es decir, si se acepta o no, definitivamente la oferta empresarial. Esta cuestión, que fue debatida ayer, será probablemente el principal punto de atención durante los próximos días. A este respecto USO ha indicado que las diferencias entre la parte social y la económica «no son insalvables». Como posible salida a la situación, USO propone, entre otras cosas, que «los trabajadores cedan en su derecho a plantear conflicto sobre la masa salarial en 1978 y que la empresa acepte una subida lineal negociada sobre los conceptos económicos ofrecidos para el convenio de 1979.

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