UGT y la huelga

El sindicato de Radio y Televisión de UGT hizo público, el pasado 22 de enero, un folleto de dieciséis páginas titulado RTVE. Balance provisional de una huelga. Ayer, el Consejo Sindical de CCOO de RTVE difundió otro folleto de veintitrés páginas titulado Huelga en RTVE. CCOO contesta a UGT.La primera huelga en la historia de RTVE (18-21 de diciembre) bien merece un análisis desapasionado, sobre el que ahora se enfrentan las dos centrales mayoritarias del organismo estatal.

UGT se propone, desde el prólogo de su folleto, comunicar la «clara postura» del sindicato. Para UGT, la huelga ha sido «inútil», «sin sentido», «de horizonte dudoso», «que ha retrasado y empobrecido las negociaciones y que ha dejado a los trabajadores con muy escasas ganas de repetir la aventura».

El texto analiza más adelante las negociaciones y los días de huelga «a la que se llegó, finalmente, a causa de la actitud intransigente de los representantes de CCOO durante el proceso de negociación previa. Intransigencia secundada por la torpeza y las ambigüedades de una dirección que ha preferido anteponer el principio de autoridad a la justicia y a la razón».

Según el texto de UGT, los representantes de CCOO se habían opuesto a comunicar a la asamblea del 15 de diciembre las ofertas que la dirección había enviado a los secretarios provinciales de las dos centrales. Igualmente, CCOO no habría aceptado la propuesta del director general de Trabajo de que el 14 de febrero fuese la fecha tope para el envío de las resoluciones de reclasificación y homologación (los trabajadores propondrían el 31 de enero y la empresa el 28 de febrero), y las negociaciones se rompen «por una diferencia de catorce días. Para esta central el «comité estatal de huelga no ha reflejado en ningún momento la composición real de fuerzas sindicales que integran el Pleno Estatal de Comités de Empresa de RTVE y avanza como hipótesis («aunque hay hipótesis que tienen casi el valor de una evidencia») que «la huelga de RTVE ha sido una huelga de intencionalidad política, apoyada en un conflicto de origen laboral y propiciada por el Partido Comunista a través de CCOO» y a la que UGT fue «por no romper la unidad, por disciplina democrática y por solidaridad con unos trabajadores que habían decidido ir a la huelga».

Durante los cuatro días de huelga no hubo claridad ni juego limpio, según UGT, por la actitud agresiva hacia esta central. A Jesús Prieto, secretario provincial, se le prohibió hablar y se retuvo y tergiversó la información de que en Barcelona los trabajadores habían desconvocado la huelga al concluir el tercer día. El estatuto jurídico se habría presentado como una amenaza a los derechos adquiridos de los trabajadores y al propio puesto de trabajo.

Después de la huelga, «UGT asumió la dirección de las negociaciones» y «se llegó, pese a la huelga y no gracias a ella, al resultado que todos conocen». En cuanto al futuro, UGT afirma que la huelga ha sido para CCOO «una amarga experiencia y un pésimo negocio» y que, en cuanto a la dirección, «vivimos los últimos coletazos de una RTVE caduca y sin futuro, a cuyos responsables no cabe sino exigirles que resuelvan lo que tienen obligación de resolver y luego, que se vayan. Que se vayan para dar paso a una nueva RTVE, que ya nunca podrá ser como ésta».

Tras recordar que la asamblea «seguirá siendo una institución en decadencia», el folleto concluye: «Vamos a seguir entendiéndonos, o cuando sea necesario, en defensa de los intereses comunes»