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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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La gripe

Además de no tener manos, tengo gripe. Como hubiera dicho mi tía (y lo dirá en cuanto me lea), soy «el rigor de las desdichas». Extraña frase hecha de mi tía en la que nunca había pensado. ¿Para cuándo una exégesis dialectal de nuestras tías, maestro Lázaro?Parece el título de un folletín/ folletón de Eugenio Sae. Pero yo soy muy poco riguroso, y de las desdichas -como de las dichas- siempre acabo haciendo literatura. Otra cosa que habría que estudiar estructuralménte es la renovación de las tías a lo largo de la vida de uno, el eterno retorno de la tía.

Cuenta Bataille que Nietzsche, cuando se le ocurrió lo del eterno retorno, lloró de felicidad y gratitud sin destino, como sin duda lloraron Arquímedes, Newton, Einstein y Lazarov cuando se les ocurrieron sus cosas, esas cosas que han pasado a la Historia. Me llama José-Miguel Ullán, tan querido y admirado aquí como en París o en Amsterdarn, que en todas partes hemos malhablado del personal, mayormente del personal ilustre:

-Que cómo vas de las manos, Paco.

Le tengo que decir a Ullán que le diga a su amigo Barthes que haga un estudio estructural de la tía, porque a mí me viven unas y se me han muerto otras, sobre todo tías-abuelas, y ahora tengo una tía entrañable en Vicenta Ridruejo, madre de Pitita, que también me llama para preguntarme por la gripe y por las manos. Rin, rin, rin:

-Cuídate, Paco, hijo, que tú es que no te cuidas nada.

Es como el eterno retorno de mi tía Socorro. Se parecen en la cara y en la voz. Tía Socorro me dio un poco de ternura en mi infancia leonesa de postguerra, entre el Bernesga y la catedral gótica y cristalina. Vicenta también me da su ternura de musa un poco entrada para musa, pero muy en edad para tía. Es la ternura que ya sólo concita el famoso cuando tiene gripe o le duelen las manos. O se me caen en el cubo de la basura. Los demás, políticos y colegas, nos dan patadas en el paladar.

Pero no os inquietéis por mis manos ni por mi gripe, queridos interlocutores matutinos, gentes (tantas) que tocáis con pulso y púa el timbre alegre del teléfono para saber de mí y de mis prosas: una gripe es buena en plena campaña electoral, porque una campaña electoral es siempre una locura colectiva, salvo el Gulag 15/40% de la abstención y la mar incógnita y mal censada del no sabe/no contesta.

Rin, rin, rin. Paco García Salve:

-Que gracias por tu artículo, que me presento por Palencia.

Le hice un artículo de interés humano (qué carroza periodística se está volviendo uno, Dios, Dios) y parece que ha pegado. Pániker edita a Jean Baudrillard, que en su ensayo Cultura y simulacro sostiene que el proceso de Burgos reforzaba por contraste las democracias europeas, que, de rechazo, reforzaban a Franco. Demasié. No quiero entrar en la locura del simulacro.

Por eso, ya digo, lo mejor contra una campaña electoral es una gripe. La gripe es un cristal gordo, esmerilado, una bola de vidrio espeso que desrealiza la convencional realidad política, como la lluvia, que le vuelvea uno escéptico y distante. No va a salir Io que queremos, y ni siquiera sabemos si conviene que salga. Si cuido y mimo esta gripe, quizá se me prolongue hasta el l-M, con lo que tendría mi coartada gripal para no votar y refugiarme en el cerro de los locos o buque fantasma del abstencionismo. Viva la gripe.

Pero me voy a Barcelona a presentar un homenaje al gran pintor Modesto Cuixart, con gripe y todo. Barcelona, el catalán, el Mediterráneo, las meretrices de Escudillers y los almuerzos de Salvador Pániker a mí me lo curan todo. Para el 1-M voy a estar como un roble y no habrá más remedio que votar.

Cultura y simulacro, sí. Política y simulacro. ¿Cómo distanciarse de la representación? Mediante la gripe. Uno ha hecho lo posible, dentro de su recuadro (cuando me lo pcnen, que ésa es otra) por ayudar modestamente a que la reforma fuese un poco revolucionaría a que la revolución sobrevolase bellamente la reforma. Inútil. Votar o no votar, itisdicuestion. A la larga va a ser mejor votar. A la corta se está mejor con gripe.

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