El presidente de la Diputación designó como sucesor a un hombre de confianza

La designación de Julio Marcos de Lanuza como vicepresidente de la Diputación Provincial parece confirmar la intención del actual presidente, Enrique Castellanos, de presentarse a las elecciones municipales por UCD. El señor Castellanos nombró al señor Lanuza para el cargo en el pleno del pasado 26 de enero, apenas un mes y medio antes del comienzo de la campaña electoral. El cargo estaba vacante desde abril de 1977, momento en que el entonces presidente, José Martínez Emperador, dimitió para presentarse a las elecciones legislativas, y le sucedió automáticamente Enrique Castellanos, asimismo, nombrado vicepresidente poco antes.El mecanismo sucesorio de la Administración local, funciona, pues, perfectamente. En ambos casos, la designación del vicepresidente obedece al mismo motivo: dejar la máxima autoridad del organismo en cuestión en manos de una persona de confianza del dimisionario.

En este caso, sin embargo, se planteaba una duda legal: la posibilidad de que un presidente no elegido, sino en funciones, pueda a su vez repetir la jugada y designar otro vicepresidente de su agrado. Consultado personalmente, la respuesta del señor Castellanos fue afirmativa: «Cuando asumí la presidencia, por dimisión del señor Martínez Emperador, la asumí con todas las funciones inherentes al cargo, entre ellas la de nombrar al vicepresidente primero, cargo que estaba vacante, precisamente desde que yo lo dejé.»

Ayer por la tarde no fue posible localizar al señor Marcos de Lanuza. Se sabe, sin embargo, que es hombre de la confianza del anterior, quien lo confirmó en su cargo como presidente de la Comisión Forestal y Contraincendios y, posteriormente, le nombró como representante de la Diputación en el consejo general de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, en contra de las protestas de varios diputados, poco conformes con la elección.

Al elegir al señor Marcos de Lanuza, el actual presidente se ha saltado a los otros dos diputados elegidos por José Martínez Emperador como vicepresidentes segundo y tercero, Leopoldo Matos y Fernando Domínguez, ambos elegidos diputados en su día por el tercio corporativo o de entidades.