Discurso avanzado del Papa ante los campesinos de Oaxaca
El papa Juan Pablo Il llegó ayer por la tarde (hora de Madrid) a la localidad mexicana de Guadalajara, de donde regresó de noche a la capital federal. Aquí pasará la última jornada de su visita a Latinoamérica. En la capital de Oaxaca, Juan Pablo II habló ante miles de campesinos -justificó la expropiación en algunas situaciones- en un discurso que se interpreta como compensador, por su tono avanzado, respecto al pronunciado ante la reunión inaugural de la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Puebla.
Conservador en sus discursos a los obispos y en sus intervenciones en la ciudad, Juan Pablo Il ha lanzado su gran desafío social ante los más pobres, los olvidados aborígenes de Oaxaca. En una jornada de gran fiesta, vestido con el sombrero de plumas de los grandes jefes de la edad precolombina, el papa Wojtyla ha dicho a estos indios que conservan aún con sus treinta dialectos indígenas un pedazo de cultura mexicana: « El Papa quiere ser vuestra voz, la voz de quien no puede hablar o de quien es silenciado, para ser conciencia de las conciencias, invitación a la acción, para recuperar el tiempo perdido, que es frecuentemente tiempo de sufrimientos prolongados y de esperanzas no satisfechas.»El Papa dijo al proletariado campesino congregado a su alrededor que deseaba alzar su voz «aún con más fuerza, si cabe, que Pablo VI», para declararles que el Papa actual, «quiere ser solidario con vuestra causa, que es la causa del pueblo humilde, la de la gente pobre».
Exaltó la dignidad y la importancia del mundo agrícola y campesino que «posee riquezas humanas y religiosas envidiables».
El Papa fue interrumpido catorce veces con aplausos y gritos durante su discurso, sobre todo cuando dijo que la Iglesia defiende el legítimo derecho a la propiedad privada, pero que «si el bien común lo exige, no hay que dudar ante la misma expropiación».
Se habla de que nunca un Papa católico se lanzó más adelante en las reivindicaciones sociales y se dice que se ha convertido en el gran «Iíder de los campesinos del mundo». Algunos obispos han declarado ya que la Iglesia, con su doctrina social avanzada, «será la encargada de barrer en el Nuevo Continente la opresión del hombre sobre el hombre».
Observadores progresistas católicos ponen en guardia sobre una operación que tiene, dicen, «sabor de esquizofrenias», ya que el Papa ha revolucionado las masas sentimentalmente, pero en sus discursos ha dicho las cosas más contradictorias.
Liderazgo político, según el mundo laico
En el mundo político laico se advierte que esta es una clara operación de liderazgo católico en estos pueblos, con gran vacío de los partidos políticos. Es como si el Papa dijera: la Iglesia os trae un mensaje más completo que no sólo es liberación económica, como hacen los políticos, sino que os abre hacia una felicidad más llena.Y al mismo tiempo, en el campo social, sin comprometerse ni con el marxismo ni con el capitalismo, dos palabras que el Papa no ha pronunciado nunca, pero que ha condenado siempre implícitamente, la Iglesia os dará en el nombre del Evangelio una apertura mayor que hasta el presente.
Se trata de una operación que puede ser muy peligrosa, dicen algunos observadores de la izquierda cristiana, incluso ambigua, de matriz restauradora, centrista, que no disgusta en el fondo ni a Carter ni a Schmidt, pero que no cabe duda que Wojtyla la tiene ya muy clara como línea de su pontificado. El quiere demostrar que en este momento histórico, que él considera de «falta de identidad humana y de angustia profunda del hombre», la Iglesia puede ser una alternativa válida, sobre todo en los países del Tercer Mundo.
Hay quien piensa aquí que en el fondo se trata de una nueva operación de poder de la Iglesia, que sabe en cada momento buscar la forma de «mantenerse a flote» y de «no perder el tren de la Historia». Pero los pobres mexicanos siguen aplaudiendo al Papa cada instante y lo despiertan todos los días a las seis en punto cantándole Las mañanitas y obligándole a salir al balcón de la delegación apostólica para bendecirles.
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