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Distribuidores y repartidores de butano en Madrid enfrentados por las comisiones que perciben

Los quince distribuidores de gas butano de Madrid mantienen sus posturas frente a los repartidores autónomos contratados, en el conflicto que les enfrenta por desacuerdo en los porcentajes de comisión satisfechos por la prestación del servicio. Sin embargo, fuentes próximas a Butano, SA, manifestaron que la venta alcanza ya los niveles normales en esta época del año (unas 32.000 bombonas diarias), gracias al plan de emergencia elaborado por la empresa estatal y sus distribuidores, con ocasión del paro de los repartidores.

Desde el pasado lunes, los repartidores de gas butano de Madrid se niegan a prestar servicio, ante la negativa de los distribuidores a incrementar las comisiones actuales (veintidós pesetas por bombona) en catorce pesetas por unidad, tal y como demandan los autónomos. La oferta de los distribuidores consiste en aumentar 5,50 pesetas por bombona la comisión que se abona actualmente a la subcontrata. La oferta de los distribuidores es con carácter retroactivo hasta el 1 de octubre pasado.

Un millar de distribuidores

La empresa Butano, SA (participada a partes iguales por el INI y CAMPSA), es la encargada de producir, envasar y distribuir el gas butano en toda España, con carácter monopolista. A tal efecto, cada usuario suscribe un contrato con la empresa por la que ésta se compromete a servir las bombonas solicitadas en el propio domicilio. Esta característica de la distribución -única en Europa- se mantiene a partir de una contratación del servicio con los llamados distribuidores. Actualmente, existen un total de 991 distribuidores en todo el territorio nacional, cuyos contratos con Butano se renuevan cada año, a la vista de la calidad y eficacia del servicio suministrado al usuario por cada uno de ellos. Cada distribuidor tiene asignada una zona -urbana o rural-, en la que puede ejercer el monopolio absoluto de venta de gas butano envasado. La amplitud de las zonas depende de numerosos factores: demanda, población, comunicaciones, clima y estacionalidad, entre otros. En Madrid, por ejemplo, existen en la actualidad quince distribuidores, incluyendo en el ámbito de la capital a las localidades de Getafe y Alcorcón.Por la prestación del servicio de distribución, Butano tiene fijadas unas comisiones. Actualmente existen veinticinco tipos distintos de comisiones, estructuradas de acuerdo a las características de la zona, tras valorar las facilidades o dificultades que para la penetración en el mercado y la prestación del servicio ofrecen las características de la demarcación. El monto de estas comisiones, por unidad vendida -botella de gas-, oscila entre las 52 y las 75 pesetas. Aproximadamente un 70% de las distribuidoras del gas se encuentran en la parte baja de la banda que define las comisiones, ya que se incluyen en ese apartado las correspondientes a las grandes concentraciones urbanas. La fijación de estas comisiones es absolutamente discrecional para Butano, ya que ninguna cláusula contractual la obliga a revisarlas, ni en el supuesto de que se produzcan elevaciones de precios y otros factores que varíen la estructura de costes. A cambio de esas comisiones fijadas en contrato, el distribuidor se compromete a prestar el servicio de abastecimiento en la zona correspondiente, bajo los servicios de inspección y control de Butano, quien puede cancelar el contrato en cuanto se observen anomalías e imponer sanciones pecuniarias como paso previo a la cancelación.

Madrid: dieciocho millones de bombonas anuales

Los quince distribuidores de Madrid tienen fijadas unas comisiones de 52 pesetas por cada bombona vendida, según las tarifas que entraron en vigor el pasado 1 de enero. Cada distribuidor tiene asignada una zona determinada y, por tanto, tiene acceso a cubrir una determinada cuota de mercado; ésta no es, sin embargo, uniforme, ya que mientras un solo distribuidor alcanza 1,8 millones de bombonas de venta por año, otros cuatro apenas llegan al millón y el resto oscila entre 150.000 y 300.000 bombonas anuales. En total, se venden en Madrid unos dieciocho millones de bombonas anuales y 130 millones en toda España, según datos de 1978.Los distribuidores están obligados a poseer un porcentaje de flota propia para efectuar físicamente el reparto. Este porcentaje es variable, pero puede situarse en torno al 30% del potencial mercado, aproximadamente. La mayor parte del reparto físico del butano se efectúa mediante la subcontratación de servicios de transportistas autónomos, a los que a su vez se asignan subzonas de actividad, a partir de un contrato mercantil de prestación de servicios, sin relación laboral de ningún tipo. Las condiciones del contrato señalan una comisión del repartidor de veintidós pesetas por unidad (sobre las 52 que percibe el distribuidor), que es precisamente en estos momentos objeto de polémica.

El reparto de la comisión

Los autónomos decidieron parar ante la negativa de los distribuidores a incrementar la comisión en catorce pesetas; éstos ofrecieron sólo 5,50 pesetas de aumento. Los repartidores estiman que el aumento de comisiones de Butano a los distribuidores, aplicado a partir del pasado 1 de enero, justifica una repercusión mayor que la ofrecida, y por ello decidieron interrumpir su servicio. Durante 1978 la comisión abonada por Butano a los distribuidores era de 41 pesetas, lo que supone que ha sido incrementada en once pesetas, de las que los empresarios ofrecen sólo repercutir 5,50. Desde que se inició el paro, los distribuidores han mantenido una postura de dureza, negándose a incrementar su ofrecimiento, a lo que los repartidores han respondido con el paro indefinido, sin variar tampoco sus reivindicaciones, pero indicando su disposición a negociar.

La propina

Según los datos expuestos, el distribuidor obtiene un rendimiento por bombona vendida de treinta pesetas. A cambio, debe realizar el almacenaje necesario, el porcentaje mínimo de reparto exigido y disponer de infraestructura que permita atender las demandas de suministro y las anomalías que puedan producirse. El repartidor, por su parte, debe realizar físicamente la entrega a domicilio de las bombonas solicitadas, con la comisión ya citada de veintidós pesetas por unidad. Ello sin contar las propinas que los usuarios suelen abonar por la entrega en casa de la bombona requerida. En Barcelona, por ejemplo, la propina está ya institucionalizada en torno a las veinticinco pesetas por unidad, si el repartidor sube la bombona hasta el piso mismo, en lugar de entregarla en el portal de la casa. En Madrid, aunque no está institucionalizada, puede admitirse el valor de veinticinco pesetas como promedio de la asignación extra que el usuario abona por recibir en su propia cocina o estufa la bombona de gas solicitada.

Butano puede asumir el reparto

Fuentes próximas a Butano no ocultan en estos momentos su preocupación por la fragilidad que muestra la actual estructura de la distribución, ya que es la propia empresa la que se compromete contractualmente con el usuario a entregarle a domicilio el gas. El incumplimiento por parte del distribuidor del compromiso adquirido de sustituir esa obligación de Butano puede dar lugar a la rescisión inmediata de la concesión, señalaron las mismas fuentes, pero no parece aconsejable recurrir a ello, a menos que se replantee toda la estructura distributiva. Este replanteamiento podría venir por la vía de que Butano constituyese su propia red completa de distribución o también mediante la homologación del sistema español al del resto de Europa, donde no se entrega a domicilio el gas, sino que la compañía distribuye numerosos puntos de venta por cada una de las zonas de abastecimiento. Esta posibilidad no debe en modo alguno descartarse, ya que el contrato suscrito entre Butano y el usuario señala que aquélla se compromete a suministrar a domicilio, «salvo impedimento de fuerza mayor».

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