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Pamplona quedó ayer paralizada por una huelga general

Unos 80.000 trabajadores -según datos de las centrales sindicales- secundaron ayer en Navarra la convocatoria de huelga general realizada por Comisiones Obreras, UGT, USO, CSUT, SU y LAB, en apoyo de los convenios y contra los topes salariales decretados por el Gobierno. La jornada de lucha afectó especialmente a Pamplona, en donde el paro fue prácticamente total, tanto en los sectores industriales como en los de servicio.

Sobre las doce de la mañana, los trabajadores en huelga comenzaron a concentrarse en la plaza del Castillo, para iniciar una manifestación en la que participaron unas 20.000 personas (40.000 según las centrales). A los gritos de «UCD, contra los obreros no vas a poder», «Menos policía, más jornal» y otros contra la CEOE, la manifestación recorrió diversas calles del centro de la capital navarra, haciendo una parada junto a la Delegación de Trabajo en donde se habían encerrado dos horas antes los miembros de la mesa negociadora del convenio del metal y representantes de las centrales sindicales. Allí, los encerrados llevaron un comunicado en el que acusaban a la patronal «por su postura caciquil y antiobrera», a la vez que hacían un llamamiento a la clase trabajadora para que aumentase la presión de cara a que los empresarios vuelvan a negociar el convenio. Después de cantarse La Internacional y el Eusko Gudariak, los manifestantes continuaron hasta la plaza de la Cruz.Mientras que los representantes de las centrales daban por finalizada la concentración, un grupo numeroso de personas comenzó a dar gritos en favor de que la manifestación continuase hasta el Gobierno Civil (unos cincuenta metros más adelante). Después de media hora de intenso nerviosismo, con las fuerzas antidisturbios enfrente preparadas para intervenir, y mientras una representación de las centrales sindicales convocantes de la jornada de lucha entraba en el Gobierno Civil para entrevistarse con el gobernador, un grupo de unas 1.500 personas decidió continuar la manifestación, pasando por delante de los efectivos policiales y dando gritos de «Menos policía, más jornal», «Que se vayan» y otros. Con el edificio del Gobierno Civil prácticamente rodeado de manifestantes, se produjo una escena insólita cuando las personas que se habían congregado allí comenzaron a gritar «vagos», «ETA, ETA, más metralleta», «Fuera policía»; mientras la Policía Armada, a menos de veinte metros de los manifestantes, permanecía en una de las entradas del Gobierno Civil sin intervenir. Después de un cuarto de hora, en el que se repitieron los gritos contra la policía y en favor de ETA, los manifestantes abandonaron la zona sin incidentes.

Por lo que respecta al resto de la provincia, el paro fue generalizado en Alsasua, Lesaca, Estella y Tafalla. En estas dos últimas poblaciones hubo sendas manifestaciones en las que participaron unas 2.000 personas. En Tudela el paro fue escaso, mientras que en Pamplona fue total: desde los empleados del Ayuntamiento o los autobuses urbanos, hasta el comercio y la banca. Unicamente los funcionarios de la Diputación Foral, la Universidad de Navarra y algunos colegios de enseñanza privada no se sumaron a la huelga.

Durante una rueda de prensa, las centrales sindicales convocantes de la jornada de huelga general señalaron que el resultado había sido muy positivo, «y se han rebasado las previsiones iniciales. La manifestación de esta mañana ha sido la más numerosa de las realizadas por el movimiento obrero navarro». A pesar de que la parte empresarial no se manifestó sobre las consecuencias de la huelga general, se sabe que el secretario general de la Cepyme, González Olivé, antiguo delegado del sindicato vertical en Navarra, se desplazó ayer hasta Pamplona para interesarse por la huelga del metal, secundada por unos 25.000 trabajadores desde el pasado día 16.

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