Buenavista, distrito residencial: proliferan robos y atentados
El distrito policial de Buenavista, correspondiente a casi la totalidad del distrito municipal de Salamanca, abarca una extensión de cinco kilómetros cuadrados, donde habitan unas 250.000 personas. Es uno de los más densos de Madrid.«Aquí hay un tipo de población de clase social alta, no el nuevo rico, sino de solera, y una clase media acomodada», dice el comisario principal jefe, Alberto Pérez Cayuela.
La edificación, principalmente antigua, va dando paso a nuevas construcciones. Calles más bien estrechas y congestionadas por un parque automovilístico de dos vehículos por familia. «A menudo se prefiere hacer los servicios a pie. Se tarda menos.»
Puede decirse que aquí está también el mejor comercio de Madrid. Es el Madrid rico -«aparte, claro, algunas áreas residenciales de lujo», precisa el comisario jefe-, y, como consecuencia, la delincuencia que predomina es el robo «en todas sus vertientes». Y añade: «Desde el simple navajero, bueno, simple, por llamarle algo, hasta el atraco. Aunque no se presta al atraco bien organizado, precisamente por las dificultades que presenta la congestión de tráfico.»
También son frecuentes los delitos de tipo económico (fraudes, fuga de divisas, etcétera). La delincuencia juvenil es menor que en las zonas periféricas, pero aquí presenta la modalidad del frecuente hurto en los grandes almacenes. Aquí no hay bandas juveniles. «Pero sí pandillas de incontrolados salidos de grupos políticos de ultraderecha.» «Desde mayo pasado, en que vine aquí, he levantado unas 140 mesas de propaganda de estos grupos extraparlamentarios.»
Tampoco es muy frecuente el delito de sangre. Este, «principalmente, está motivado por reyertas a causa de la bebida o por cuestiones políticas. El drugstore de Velázquez hasido escenario clásico, sobre todo a partir del cierre del drugstore de Fuencarral.»
El comisario Pérez Cayuela resume así: «Nuestro caballo de batalla es el delito contra la propiedad, y es muy difícil de combatir. El robo más pequeño alcanza unas 200.000 pesetas.»
Ahora bien, lo que más preocupa al comisario jefe de Buenavista, «de cara a un futuro que ya es presente y pasado, son los atentados políticos». Aclara: «Aquí vive la hermana del Rey, el fiscal del Reino, la viuda y la hija de Franco, militares, jueces, en fin. Aquí han muerto ya por atentados terroristas un presidente del Gobierno y dos magistrados. ¿Comprende?»
Una de las mejor dotadas necesita el doble
La comisaría está situada en la calle Príncipe de Asturias, corta vía de una sola dirección, al norte del distrito. Es un edificio de dos plantas y sótano. «Dentro de una estructura clásica, no está mal», determina el comisario jefe. En efecto, puede considerarse como una de las comisarías mejor dotadas y acondicionadas de Madrid, dentro de no llegar a ser lujosa. Aunque ya hay otras más modernas y mejor dotadas.
Dispone de cantina y biblioteca, calabozos amplios y un dormitorio colectivo de aceptables dimensiones para la Policía Nacional. Las demás dependencias, despachos, oficinas, armería, archivo, dormitorios de guardia, inspección de guardia, sala de espera del público, etcétera, sin derrotar gastos superfluos, ni de espacio ni de materiales, resultan dignamente habitables. El personal que trabaja en ella se desenvuelve con cierta holgura.
Aquí se recibe y desde aquí se atiende a un distrito de 170.000 electores, que en el referéndum de la Constitución votó sí en un 50%, mientras el otro 50% votó no o se abstuvo.
En este distrito, el índice de crecimiento delicivo señala que, desde finales de 1976, se ha producido un aumento del 80%, que viene a coincidir con el índice medio general.
Anualmente se tramitan unos 10.000 asuntos, cada uno de los cuales supone la redacción y tramitación de varios escritos (balance de 1978). Y, como parece ser que ocurre en todas las demás, «una gran parte de los hechos delictivos no se resuelven a causa de tantos cometidos, burocracia y escasez de medios», reconoce el comisario jefe.
«Una comisaría de este tipo debería tener, aproximadamente, doble dotación de personal y medios técnicos de los que actualmente dispone», precisa.
Ahora cuenta con un radiorreceptor fijo, télex, teléfonos, dos pokets (receptores de radio conectados con la central y los coches-patrulla), dos coches K, cuatro jeeps de la Policía Nacional y armamento.
En cuanto a personal, el comisario principal hace, actualmente, las funciones de jefe, segundo jefe y comisario. Además, un comisario «próximo a jubilarse, que ahora está enfermo», tres subcomisarios, un secretario, cuatro inspectores de informes, seis en la Brigada de Investigación Criminal («yo prefiero seguir dándole esta denominación ya que la de Policía Judicial todavía no rige para las comisarías, sino sólo para las brigadas»), nueve en la inspección de guardia, uno en controles nocturnos, otro en el servicio de información que depende directamente del comisano jefe, siete señoritas auxiliares administrativas y una compañía de la Policía Nacional. En total, aparte Policía Nacional y personal femenino, veintisiete funcíonarios del Cuerpo Superior de Policía.
«Evidentemente, muy pocos, si se tiene en cuenta que hay que realizar turnos de trabajo. Si no fuera por el tesón y el interés, mucho de lo que se consigue sacar adelante no se haría. »Una ciudad incontrolable
«Ha habido una disminución de personal en las comisarías -dice el comisario jefe de Buenavista- por razones que rozan con medidas políticas y en las que, nosotros ni entramos ni salimos, pero que sufrimos. De todas formas, Madrid empieza a entrar en una fase muy difícil.».
Alberto Pérez Cayuela, policía que ha recorrido numerosos países, experto en informática, observador en el extranjero de los avances técnicos, narra lo que un día le dijo, en 1974, una persona destacada de la alcaldía de Viena: «Cuando Madrid tenía millón y medio de habitantes era apacible.» Me dijo que, «aún en esa cifra de población, una ciudad es controlable, pero que, al llegar a los tres millones de habítantes, ya no se necesitaría el doble de efectivos, sino seis u ocho veces más. Si se alcanzaban los tres millones y medio, el aumento de dotación no sería ya tampoco en esa proporción, sino mucho mayor respecto a dotación policial, bomberos, limpiezas, etcétera. Y si se entraba en los cuatro millones, la ciudad pasaba a ser incontrolable»..
¿Cómo atender en este distrito a las vigilancias de centros comerciales o determinados domicilios particulares, los informes en la calle, la burocracia por los permisos de residencia para extranjeros o las licencias de armas, la investigación de los hechos delictivos, las peticiones cotidianas del ciudadano, el archivo de fichas y expedientes, el mantenimiento del orden público ante un altercado, el conocimiento de puntos urbanos peligrosos, la inspección de bares, el trámite de más de cincuenta denuncias diarias, etcétera?
«No disponemos del nivel técnico o económico de Italia o Suecia, por ejemplo, donde existen cámaras de televisión que controlan ciertas calles o la vigilancia y protección de los establecimientos y edificios particulares corre a cargo de detectives privados uniformados. Nuestra infraestructura es otra.»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.