Las comunicaciones británicas, estranguladas por las huelgas
El cuarto paro nacional de los ferrocarriles, en diez días, ha vuelto a estrangular las comunicaciones británicas, ya desorganizadas por la huelga de camioneros y las condiciones atmosféricas. Los trabajadores manuales de los servicios públicos están en huelga de celo en las zonas de Manchester y Liverpool. El Gobierno anuncia el inminente empleo de tropas para asegurar el suministro farmacéutico si los piquetes no respetan escrupulosamente un código de conducta y en el horizonte se dibuja una confrontación con los mineros, también por motivos salariales.El Parlamento ha debatido, nuevamente, a instancia conservadora, la situación laboral delpaís. El primer ministro ha convocado para el lunes a la plana mayor sindical para iniciar la discusión de un imprscindible acuerdo previo a la convocatoria de elecciones.
Por su parte, el comité económico sindical se reúne hoy en sesión de urgencia para analizar la evolución de la crisis y poner en práctica soluciones que la contengan y la desactiven.
Los dirigentes sindicales parecen considerar que ha llegado el momento de afirmar su autoridad sobre los miembros más militantes de los gremios en huelga.
La próxima confrontación puede ser con los poderosos mineros, que ya echaron abajo el Gabinete Heath en 1974. Sus reivindicaciones iniciales, todavía sin discutir, sitúan la subida de sueldos en la órbita del 40%. De las cifras previas facilitadas por la Empresa Nacional del Carbón se deduce que las disponibilidades presupuestarias de este organismo no alcanzan para pagar más allá de un 4%. En estas circunstancias no hay para el señor James Callaghan tarea más urgente que la de establecer un nuevo marco de negociación con los trabajadores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.