Frío recibimiento al sha en Marruecos
En medio de estrictas medidas de seguridad y un silencio casi total en los medios informativos, el sha de Irán llegó ayer tarde a Marruecos desde Asuán (Egipto) en una segunda escala después de la salida de su país. A nivel oficial ha sido recibido con cierta frialdad.El sha y la shabanu fueron acogidos en Marrakech, la ciudad del sur de Marruecos donde se encuentra desde hace unas semanas la corte marroquí, exclusivamente por el rey Hassan II y un austero protocolo que mantuvo a distancia a la prensa que había acudido a la ciudad. Los medios informativos del país, a pesar de que el viaje del sha a Marruecos había sido anunciado desde hace varios días por las agencias internacionales no han recogido indicaciones sobre la visita y ayer, sólo a última hora, la agencia oficial marroquí MAP difundió un escueto comunicado anunciando esa llegada.
Oficialmente, en los medios gubernamentales marroquíes se había afirmado-hasta en último momento no saber nada del viaje, y recordaban que, de todas maneras, por sus características privadas, este habría sido tramitado directamente entre el protocolo real marroquí y el séquito que viaja con el sha.
Más sorprendente aún, la propia embajada iraní en Rabat declaraba ayer hasta pocas horas antes de la llegada del sha ignorar todos los detalles del viaje. Ante las llamadas insistentes de la prensa se limitaba a repetir los cables de las agencias internacionales. Aunque no cabe dudar de las simpatías de la monarquía marroquí por el que ya parece fatal destino del sha, este viaje de Reza Pahlevi a Marruecos tiene lugar en un momento en que la atención de Hassan II y de todo el país parece estar absorta por la evolución de Mauritania con respecto al conflicto del Sahara y las incertudimbres para Rabat de un posible abandono, por parte de Nuackchott.
1 Parece evidente que el viaje de los todavía teóricamente soberanos iraníes no es tan bien acogido en Marruecos como lo fue en Egipto, y desde hace tiempo los medios oficiales marroquíes se esfuerzan en distinguir entre las respectivas situaciones internas en Irán y en Marruecos. La visita a este último país del presidente guineano, Sekú Turé, un viejo militante y progresista africano, es muy diferente a la que efectúa ahora un monarca que prácticamente ha perdido su trono.
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