Los fabricantes españoles importan motores japoneses
El tema de la importación de las motos japonesas sigue sin aclararse. En este momento, con setecientas máquinas de la marca Kawasaki detenidas en la aduana desde hace diez meses, una marca española, Sanglas, está a punto de sacar al mercado un híbrido de su moto y la Yamaha. Algo semejante pretende hacer Mototrans, fabricante de Ducati en España. Nadie parece querer a los japoneses en nuestro país y, sin embargo, todos pretenden asociarse a ellos para poder subsistir.Al importador de la partida de setecientas motos de la marca Kawasaki, que lleva invertido en la operación casi cien millones de pesetas. Aduanas le niega el despacho definitivo, argumentando que el valor añadido de estas motos en Estados Unidos, lugar teórico de procedencia, no alcanza los mínimos establecidos. Según las autoridades españolas, sólo puede tomarse como valor añadido el costo de la mano de obra y de la pieza montada en el país americano. Con ambos, el valor añadido no supera el 4%, muy lejos del 30% mínimo que exigen las leyes españolas.
Por el contrario, el importador, mediante una auditoría, dice superar ese 30%, utilizando para ello los criterios sobre valor añadido internacionalmente utilizados, que engloban, además de lo reseñado por Aduanas, otras partidas, como amortizaciones y beneficios.
De cualquier forma, la voluntad de Aduanas de no permitir la entrada parece irrevocable. Mientras, los fabricantes españoles se las han arreglado para hacer su propia unión con los temidos japoneses.
Así, Sanglas, pequeña factoría catalana que no fabrica más de 3.000 unidades al año, ha realizado una importación de motores Yamaha de quinientos centímetros cúbicos, que ha acoplado a su moto para intentar comercializar el producto final como una pretendida máquina pseudo-japonesa. Algo similar va a hacer Mototrans, con mayor volumen, prestigio y calidad que Sanglas, con motores de 650 cc provenientes de la misma fábrica japonesa. Ambas empresas españolas, Sanglas y Mototrans, puede que lleguen a un acuerdo de unión para la fabricación y comercialización de este tipo de productos, dado que la primera de ellas no tiene estructura ni red comercial suficiente para poder lanzar al mercado una cantidad de motos varias veces superior a su producción anual.
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