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Reportaje:

En el año 2000 se duplicará el número de niños pobres

Juan Cruz

El Año Internacional del Niño se celebrará en 1979. Dentro de nueve días comienzan, pues, doce meses en los que el niño, muchas veces marginado y maltratado por la sociedad adulta, se convierte en protagonista. ¿Para qué? El Banco Mundial acaba de dar a conocer unos datos escalofriantes sobre el tratamiento que padece el niño en la sociedad actual. ¿Cambiarán las cosas a partir de 1979? En el año 2000, cuando se duplique la población infantil en países subdesarrollados, todo será peor. Lo que el Banco Mundial ofrece ahora en el Atlas Internacional del Niño es un panorama de cómo está hoy la vida para «el padre del hombre», como el poeta británico William Wordsworth llamó al niño. Escribe .

El niño crece, y luego ataca al niño, le hace padecer hambre, lo multiplica hasta términos irracionales, lo empobrece, lo aburre. No hay peor enemigo del niño que aquel que se olvidó de que lo fue.¿Seguirá siendo esto así en el año 2000? Todas las referencias se hacen sobre esa base: ¿Qué pasará en, el año 2000? En principio, va a pasar que los niños de hoy tendrán veintiún años y volverán a olvidarse de que nacieron hoy, mañana, o el Día de los Inocentes. Para concienciar a quienes fueron niños ayer y hoy son adultos cejijuntos, malhumorados y ulcerosos, el año próximo se celebra el Año Internacional del Niño.

El Banco Mundial ha editado un atlas en el que pueden hallarse datos sobre la geografía humana de los problemas de los niños de todo el mundo, especialmente útil para ser usado por quienes han querido dedicar al niño el año 1979.

De momento, el Banco Mundial asegura que en el año 2000 el número de niños será, en países de ingresos bajos, dos veces mayor que el que hubo en 1975.

De acuerdo con los datos del Banco Mundial, hay un círculo vicioso en cuyo centro se halla el niño corno personaje especialmente acosado: el mayor número de niños se encuentra en los países de ingresos bajos. Por otra parte, en el grupo de ingresos bajos figuran los países más populosos.

Esta correspondencia dramática entre pobreza y superpoblación infantil tiene su corolario espeluznante en la muerte. En 1970, dice el atlas del Banco Mundial, se estimaba que cada año, 108 niños de cada mil morirían en Africa, por razones derivadas de la indigencia, antes de cumplir el año de edad. En Asia morirían 41 de cada mil y en Latinoamérica las cifras eran de 54 niños menores de un año por cada mil. En Europa se juzgaba que los niños eran más afortunados: veinticuatro de cada mil fallecían antes de cumplir la edad indicada. Veinte de cada mil se estimaba que morían en Estados Unidos. El Banco Mundial piensa ahora que esas tasas se están reduciendo.

En materia de educación, dice el atlas del Banco Mundial, «Las niñas están logrando rápidos avances, pero el ritmo de progreso en Africa y Asia es más lento en el decenio de 1970 que en el precedente. En un país típico de ingresos bajos, el 58% de los niños asiste a la escuela primaria y sólo el 9% a la secundaria.» La pobreza y la riqueza industrial vuelven a mostrar sus contrastes: en los países occidentales de alto nivel de desarrollo las mismas tasas se cifran entre un 100%, en lo que se refiere a la enseñanza primaria, y 79% a la secundaria.

La explotación del niño es otro de los elementos que configuran este espeluznante atlas internacional. «En un país típico de ingresos bajos, 32 niños por cada mil habitantes formaban parte de la fuerza laboral en 1975.» La repercusión de ese esfuerzo es notoria y se manifiesta en la esperanza de vida que se tiene en Africa, continente donde se concentra un mayor número de países con aquel nivel de ingresos. En 1960 la esperanza de vida en Africa era de 36 años. En 1975 era de 44 años.

La diferencia es clara, la injusticia también: mientras en Europa sólo uno entre cada mil niños trabajaba en 1975, en Africa eran veintisiete de cada mil los trabajadores infantiles, en Asia eran catorce de cada mil y en Latinoamérica eran seis de cada mil.

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