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Hay que continuar un año más la lucha contra la inflación sin veleidades electorales

«Hay que mantener la lucha contra la inflación durante un año más y no lanzar al país a una etapa de reactivación prematura e ilusoria por motivos electorales, ya que esto podría tener consecuencias todavía más graves», manifestó ayer Pedro Schwartz, director del Instituto de Economía de Mercado en el curso de una rueda de prensa en la que dio a conocer su informe «Libertad y prosperidad. Una política de desarrollo anti-inflacionista para España (1979-81)», preparado por encargo de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales.

El señor Schwartz manifestó que el estímulo de la inversión pública «es una barbaridad», porque todo lo que sea incrementar la financiación del Estado implíca restar capacidad de crédito al sector privado, además de no reducir el paro. «Hay que volver al presupuesto equilibrado», manifestó el señor Schwartz.Manifestó que en el presupuesto español hay cifras «de locura», como por ejemplo la de subvenciones y transferencias, que es el dinero que el Estado facilita a las actividades no rentables y que en casi todos estos últimos ejercicios viene a representar una cantidad igual a lo que el Estado recauda en concepto de impuestos directos.

«La situación económica española a medio plazo es, sin embargo, favorable, aunque a corto plazo se presenta difícil. Estamos pasando por una purga -dijo Schwartz- bastante dolorosa, que es la lucha contra la inflación. Si no seguimos un año más en estabatalla acabaremos en una situación similar a Portugal o a Italia. La inflación hay que reducirla al mínimo posible. El coste de esta lucha contra la inflación es más paro y más quiebras empresariales, pero es un coste que hay que asumir para salir de la crisis.»

Respecto a la situación salarial, señaló que el aumento de los salarios debe ser compatible con un aurnento del empleo y que si era necesario bajar el nivel salarial paira suprimir el desempleo, debería llevarse a cabo un plan de solidaridad en este sentido, ya que «las subidas salariales, en situaciones como esta, se hacen a costa de los parados. En Inglaterra han conseguido un éxito importante en la lucha contra el desempleo y los trabajadores han tenido que afrontar dos años de incrementos negativos de sus salarios en términos reales».

Dijo también que el crecímiento económico no se consigue necesariamente con mayor inversión, sino con un aumento de la productividad. «Hace falta inversión productiva, no inversión bruta», manifestó.

El estudio elaborado bajo su dirección por el Instituto de Economía de Mercado plantea también la necesidad de un nuevo marco de libertades económicas para liberar al sistema productivo español de las ataduras y obstáculos que impiden su normal desenvolvimiento y el logro de un mayor grado de eficacia. En este sentido señaló que tenía serias dudas sobre la eficacia del Estado como agente anticíclico, pues «el sector público interviene tarde y mal».

También se pronuncia el estudio por una política cambiaria más dinámica que permita en estos momentos una revaluación.

El señor Schwartz criticó a los asesores económicos del Gobierno, de los que dijo que no tenían calidad técnica suficiente. «El plan económico del Gobierno contiene errores de teoría del empleo, teoría de la inflación, teoría del crecimiento y teoría de los ciclos», manifestó.

En resumen, sus conclusiones más importantes son:

- La economía española ha tocado fondo y, con una política económica ortodoxa, no hay razon para dudar de que las variables reales pueden comenzar a mejorar espontáneamente.

- La empresa, sin embargo, se encuentra «atrapada por una tenaza»: sus precios están controlados por la Administración y deprimidos por la crisis, sus costes aumentan por las reivindicaciones salariales y salarios mínimos legales, las cuotas de la Seguridad Social y la baja productividad.

- Hay un paro cíclico debido a la crisis, pero una parte importante de la desocupación nace de los impuestos sobre el empleo por la Seguridad Social y de la facilidad por abusar del subsidio de desempleo.

- El pacto social es un sucedáneo peligroso de la flexibilización del mercado laboral, necesaria para reducir el paro, y es una confesión de impotencia política para reformar la legislación laboral corporativa del régimen anterior.

- El peso creciente del sector público en la economía española y la reaparición del déficit presupuestario son los primeros pasos en un camino que quizá nos lleve a una situación a la italiana.

- La lucha contra la inflación, hasta alcanzar un nivel de precios estable en 1982, exige, por el contrario, una creciente disciplina monetaria, que debe ir unida a la liberación del tipo de cambio y a la desaparición del déficit público.

- Liberar la economía española, independizando al Banco de España, abriendo el sistema financiero y el mercado exterior a la competencia extranjera, flexibilizando el mercado de trabajo y el de bienes agrarios, suprimiendo controles y subvenciones, es posible, y el éxito de programas semejantes en otros países lo hace deseable.

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