"El capitalismo debe evolucionar hacia formas más liberales"
La nueva escuela de economistas franceses, representada por Henry Lepage, fue presentada oficialmente ayer en España en el curso de una conferencia celebrada ayer en la Asociación para el Progreso de la Dirección, bajo el título de la Nueva cultura y el futuro de la empresa.La nueva escuela de economistas franceses, compuesta por cerca de una quincena de economistas, todos ellos de «izquierdas» según los definió el señor Lepage, propugna la renovación del sistema capitalista hacia fórmulas mucho más liberales de las existentes hasta ahora, mediante una crítica feroz a los sistemas de economía centralizada y dirigida. Todos los integrantes de la Nueva Escuela ampliaron estudios en Estados Unidos, y aunque Henry Lepage lo niega no deja de tener esta corriente una cierta similitud con los nuevos filósofos franceses.
Preguntado el señor Lepage por la razón del nacimiento de la Nueva Escuela y la posible oposición del grupo a los sistemas económicos que podrían imponer los partidos de izquierda en Francia, Henry Lepage señaló que los nuevos economistas habían nacido como oposición al creciente número de responsables universitarios marxistas que existían en Francia, aunque negó que el movimiento sirviera a ninguna fuerza política en concreto.
Los nuevos economistas entienden que el principal problema de la sociedad actual es la extensión de los grupos de presión que motivan que los Estados no sean sino una ramificación de sus intereses, lo cual perjudica a los ciudadanos.
Aunque entienden que el crecimiento no se puede separar de la economía capitalista y «el socialismo lleva a la mayor regresión económica y social que podamos conocer», los representantes de la nueva escuela de economistas franceses afirman que están más cerca de la situación que denuncian que de la que propugnan partidos como el gaullista de Chirac, al que califican de nacionalista e intervencionista.
A juicio de Lepage, el sistema político mayoritario que impera en la actualidad en Occidente no es, en pura tecnología política, más que una solución secundaria ante la imposibilidad de llegar a una unanimidad por la negociación, pues la verdadera democracia sería la generalización del principio del intercambio satisfactorio de intereses. Para ello, la nueva escuela de economistas ve como su principal tarea el buscar un arbitraje sobre el mundo que a la sociedad le gustaría vivir mañana. Dentro de ese objetivo -añadió-, la economía de mercado es el sistema de mayor arbitraje.
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