La precisión de Marcial y los fallos defensivos hundieron al Barcelona
El Atlético consiguió un brillante y rotundo triunfo en Barcelona, en partido que siguió un desarrollo insólito en el marcador. Tres de los cuatro goles del Atlético llegaron en la ejecución de libres directos, y el otro en la de un penalti. El Barcelona tuvo fallos atrás, pero creó ocasiones de gol y estrelló dos balones en la madera. Durante cuarenta minutos el Atlético jugó con diez hombres, por expulsión de Guzmán, sin que el Barcelona pudiera sacar provecho de ello.El partido comenzó con buenos aires para el Barcelona, que en dos minutos había forzado a Navarro a otras tantas excelentes paradas, a disparos de Heredia y Krankl. La media del Atlético no contenía, y el Barcelona caía en aluvión sobre el área y forzaba a, la defensa a batirse en difíciles condiciones. Todavía estaba el partido en sus primeros compases cuando Pereira hizo la tontería obligada de cada partido y le puso un balón en bandeja a Rexach, que pifió en el disparo.
Todo parecía, pues, encarrilarse hacia una clara victoria barcelonista, pero a los once minutos, en una de las primeras ocasiones en que el Atlético consiguió llevar el balón hacia el área de Artola, Ayala tranformaba en gol una mano de Asensi al borde de la misma. El disparo raso del argentino pasó entre la barrera cuando ésta se adelantaba para cerrar ángulos sin conseguir otra cosa que abrir el agujero por el que pasó la pelota. El Barcelona consideró esto como un traspiés sin importancia y continuó buscando el gol que siempre parecía a punto de llegar, pero la suerte sonrió de nuevo al Atlético: otro contragolpe, otro libre directo y esta vez ejecución perfecta de Marcial, por encima de la barrera y a la escuadra.
Con el marcador ya decididamente en contra, el Barcelona pasó un pequeño bache de juego, que no fue sino un respiro para Navarro, pero recuperó pronto la calma y volvió al ataque. Lamentablemente para el Barcelona, esta vez le falló Krankl, que intervino poco en el juego y sin acierto; como además Rexach y Asensi ya no están para heroicidades y los laterales ayudaron poco, al Barcelona le faltaron efectivos para convertir su presión en goles, pese al derroche generoso de Neeskens y Sánchez y a la peligrosidad de Heredia. De todas formas, forzó ocasiones de gol y puso a prueba a Navarro, que en el descanso había acumulado méritos más que suficientes para justificar su titularidad. En la otra puerta, Artola veía el juego de lejos, pero las pocas veces que se acercó el Atlético lo pasó muy mal, porque Migueli y Olmo se las apañaron para abrirle siempre a Rubén Cano un pasillo para sobresalto de Artola. El ariete atlético marcó un gol que fue anulado porque previamente se le había escapado el balón fuera y estuvo a punto de lograr otro.
En la segunda mitad, de salida, el árbitro se inventó un penalti por el que el Barcelona acortó distancias, y acto seguido Guzmán se fue a la caseta por hacer dos tonterías que le costaron sendas tarjetas en un minuto. El Barcelona lo tenía todo a favor para remontar, pero en un balón largo Zuviría y Olmo derribaron a Rubio y Rubén Cano mejoraba de nuevo la posición de su equipo en el marcador. Trataba el Barcelona de aprovechar la ventaja numérica cuando en otro libre directo Marcial elevaba ya a tres los goles de ventaja de su equipo, completaba su revancha sobre su antiguo club y sentenciaba el partido. A partir de ahí, ya todo fue un continuo dominio del Barcelona que sustituyó a De la Cruz por Bío para contar con otra baza en el ataque -cambio que resultó positivo- y que se estrelló de nuevo en Navarro, mandó dos balones al larguero y sólo pudo conseguir un gol con el que hizo algo más honrosa su derrota. El Atlético jugó medio partido con diez hombres, pasó muchos agobios y llegó poco al área de Artola, pero la precisión de Marcial en el lanzamiento de los libres y las torpezas de la defensa barcelonista justificaron plenamente su triunfo.
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