España se ha quedado sin ataque
España jugó mejor que Francia, pero perdió otro de los amistosos habituales, porque no supo concretar su dominio. De todas formas, eso es lo de menos, salvo para el historial, aunque todavía es muy favorable a la selección. El problema fue que el equipo se ha creído su técnica centrocampista y ha olvidado el ataque, que queda reducido ahora solamente a Juanito. Y esto es grave justamente cuando se debería fomentar cara al próximo partido de Rumania.El primer tiempo no pudo ser más decepcionante para España. Después de tener las mejores ocasiones de gol (aunque pocas) y de jugar mejor, con apoyo en sus hombres, encajó el tanto de la derrota en el momento más inesperado. De todas formas tampoco fue un fruto raro, pues vino de una de las muchas faltas que Escalza le hizo al movedizo Rocheteau.
Lo realmente malo fue que España pudo marcar, al menos, por dos veces, pero sólo gracias a Juanito, el único delantero peligroso con sus acciones individuales, aunque a veces excesivas. La primera, en el minuto veintiocho, tras pase de Asensi, quedó frustrada por el larguero, cuando el madridista había levantado habilidosísimamente el balón por encima de Dropsy y ya ni Rojo ni él mismo pudieron remacharla; la segunda, en el 43, más en solitario todavía, luego de otro magnífico pase de Rojo, cuando le salió un tiro alto y desviado, quizá por precipitarse o verlo tan fácil.
Aunque sólo Francia fijó los marcajes en la zona central, Petit con Asensi, Piasecki con Villar y Michel con Del Bosque, España mandó con su juego basculante, haciéndolo muy bien Villar (que no se ocupó esta vez de nadie en particular y se dio una paliza enorme todo el partido, de lado a lado) y alternándose Del Bosque (muy bien, hasta cortando) con Asensi en el centro. El problema estuvo en Rojo, que salvo dos o tres pases de su marca desperdició su posición tan retrasada y dejó demasiado solos a Juanito y Santillana. Como además tampoco subió por la banda Escalza a ayudarle, según hace en su equipo, el lado izquierdo fue un desastre. Menos mal que por el otro funcionó, aparte de Juanito, Marcelino, que anuló a Six y se fue con frecuencia al ataque. Desde luego, por lo que se vio ya desde los primeros minutos siempre con Juanito de protagonista, si se hubiera forzado más a la defensa francesa otro gallo, y no el galo (con el defensa Specht, para mayor lamento), habría cantado.
Precisamente la entrada de Gemmrich en su sustitución galvanizó a Francia. Y como las entradas de Leal por Asensi, Solsona por Del Bosque y Saura por Rojo dieron más rapidez también, aunque menos aplomo, al fútbol español, resulta que el partido fue ya un correcalles. Pero España no mejoró en ataque al no poder salir Rubén Cano, único hombre punta. Sólo Juanito sembró el pánico en la defensa gala, pese a su individualismo. Da que pensar la penuria atacante hispana si él faltara. Incluso dio un gol hecho a Leal en el minuto 80, que Dropsy salvó en magnífica parada, y si no le abraza Janvion, al borde del área, en el 81, se habría presentado solo ante el guardameta galo.
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