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La baja de rentabilidad empresarial es un problema nacional

El progresivo descenso de la rentabilidad de las empresas puede condicionar seriamente su futuro y su continuidad. Se trata de un tema de preocupación social, y ya no sólo de los propios empresarios. Esta es una de las conclusiones más destacadas de la reunión celebrada ayer en la Asociación para el Progreso de la Dirección -APD- sobre la rentabilidad de la empresa, en la que participaron expertos de diversos sectores.Actuaron come ponentes Pedro Rivero, Javier San Pío, Alberto Echavarri, Pedro Castañeda, Juan Luis Burgos, Alejandro Fernández Araoz, Manuel Lagares e Ignacio Urquijo. Rafael Termes intervino como presidente moderador.

El descenso de la rentabilidad produce, según los ponentes, una caída de la inversión que puede comprometer el desarrollo económico. La inflación se consideró como una de las raíces del problema de la baja tasa de beneficio, que cada vez se ve más comprometido, además, por la falta de inversiones que mejoren la productividad y posibiliten la adaptación al cambio tecnológico.

La inflación limita la capacidad de autofinanciación y encarece la financiación exterior, con lo que los elementos de incertidumbre y riesgo aumentan.

Otro elemento considerado en la reunión como determinante del descenso de la rentabilidad fue el estancamiento e incluso e aída de la productividad del sistema industrial. En unos casos, esta situación se debe a ineficacia de la dirección y de los procesos productivos, y en otros, a las relaciones laborales caracterizadas por una gran rigidez.

Demandas para 1979

De cara al futuro se manifestó la inquietud de empresarios y de financiadores por el cuadro general del sistema financiero español. Se constató y destacó la ausencia de financiación a largo plazo y el elevado coste de la financiación a corto plazo que ofrece el mercado. Mientras las empresas no presenten resultados aceptables, el mercado de valores no suministrará recursos, y aquéllos no aparecerán mientras no haya financiación a costes y plazos razonables.Los participantes en el coloquio pertenecientes al sector financiero señalaron que las posibilidades de cubrir la demanda de crédito en el próximo año dependerán de los objetivos de política monetaria que establezca el Gobierno. Estimaron que si se fija el 17-18 % de crecimiento de las disponibilidades líquidas y se mantiene la reducción de la inflación se podrá cubrir la demanda de crédito en mayor medida que en los últimos tiempos.

Los dos aspectos en que se produjeron mayores acuerdos se refieren al descenso de la rentabilidad y a la necesidad de articular cauces de financiación a medio y largo plazo, para lo cual hay que seguir adelante con el proceso de reforma del sistema financiero.

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