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Reportaje:

Madrid no es tan inhóspito para las bicicletas

El principal y quizá único motivo de esta experiencia viene dado por el deseo de que se plasmen de alguna forma en una realidad diaria manifestaciones como la del domingo pasado en Barcelona -Diada Naturista- o la de pasado mañana, jueves, en Madrid. La utilización de la bicicleta como vehículo no contaminante, saludable, más comunicativo, no es una utopía ni un folklorismo. Si en otras ciudades europeas se ha llegado a ello, sólo falta adecuar las posibilidades de Madrid o de otras capitales para conseguirlo.Las dificultades orográficas pueden también ser vencidas sin excesivos problemas según las distintas edades y la situación personal de cada uno -que se tenga más prisa o no para llegar a un lugar, por ejemplo-. En cuanto a la contaminación es sólo un peligroso acompañante, pero de todos los ciudadanos, vayan en bicicleta, en coche o andando. Hora es ya de que se quite el miedo a los gases por ir sobre dos ruedas, porque dando un paseo o yendo en el coche, con la lógica ventanilla abierta, por los mismos lugares, los respira uno lo mismo. La ventaja de la bicicleta es que con ella no se producen más, mientras se realiza un ejercicio, y se hace algo por la salud. Lo mismo que las calles peatonales ya no son un ideal en muchos sitios; y los gases hasta se soportan, ojalá bastantes de nuestras vías abiertas al tráfico pierdan en el futuro muchos de los coches que las contaminan para que también sea perfectamente soportable trasladarse en bici sin más gases que los mínimos de una ciudad habitada.

Conclusión positiva

La conclusión positiva, tras hacer el recorrido real de veinte kilómetros, idéntico al que cubrirá la marcha del jueves, sin circulación, es que Madrid no es tan inhóspito como parece para montar en bicicleta. Al margen del terreno y de la contaminación citados, resultó aleccionador comprobar que el automovilista trata con respeto y quizá hasta con envidia sana al ciclista. El peligro del tráfico es evidente, pero en muchas zonas se podría obviar con carriles o zonas acotadas. Sin ir más lejos en la recta de salida, Menéndez y Pelayo, General Mola, Pío XII, que tienen amplitud suficiente, y las subidas y bajadas se compensan en las dos direcciones. Más problemas se plantean en la avenida del Generalísimo -todo descenso desde la plaza de Castilla- o en las subidas de Gran Vía y plaza de España, aunque no excesivas y según en el sentido que se tomen.El resumen que se pudo hacer del recorrido, con la ayuda de Juan Mora y Joaquín Amestoy, acompañantes en automóvil, fue éste: Salida a las 11.12 horas, con temperatura de catorce grados y sol, en la puerta del Retiro que da a Menéndez y Pelayo. Kilómetro 1: 2'45". En el número 13 de la calle Kilómetro 2: 6-45. A la altura de General Mola, 46. Pese al buen piso y a lo plano del terreno se hace lentamente -no se trató de correr en ningún momento- por haberse parado en cuatro semáforos. Kilómetro 3: 12 minutos. General Mola, 126. Ligera subida de unos cuatrocientos metros. Kilómetro 4: 15-20. A la altura del número 200. Hubo que evitar los cristales esparcidos por un choque entre un taxi y una furgoneta en el cruce con Concha Espina.

Kilómetro 5: 18-45. En el número 252, al descender unos doscientos metros. Kilómetro 6: 22 minutos, Pío XII, 41. Empieza una cuesta arriba corta, de unos cien metros y a continuación, llano. Todo este recorrido es de toboganes pequeños. A esta altura hay que tener cuidado con unos baches peligrosos para bicicletas. Kilómetro 7: 25-35. Mateo Inurria, 27. Tras pasar Caídos de la División Azul hay una cuesta larga, pero poco pronunciada, hasta cerca de la plaza de Castilla. Kilómetro 8: 30-10. Superada ya la plaza, a la altura del número 89 de avenida del Generalísimo. Todo es descenso fácil hasta Colón, para la posible recuperación. Kilómetro 9: 32-30, Bernábeu.

Kilómetro 10: 34-20. Nos detenemos en el semáforo del paso elevado al comienzo de los Nuevos Ministerios. Kilómetro 11: 39-40. Plaza de Castelar. Antes de llegar a ella queda fácilmente superado el coche acompañante tras un atasco previo a la plaza de San Juan de la Cruz. Kilómetro.12: 40 minutos. Poco antes de doblar en Colón y subir Génova, con otro atasco. Kilómetro 13: 48-05. Alonso Martínez. Termina la subida, que no debe ser problema, tras más de cuatro kilómetros de descenso. Comienza una nueva bajada, cada vez mayor, hasta Rosales. El piso sigue muy bien. Kilómetro 14: 50-20. Alberto Aguilera, 3.

Kilómetro 15: 53- 10, Marqués de Urquijo,18. Aquí el descenso es otra vez fuerte, de unos cuatrocientos metros, tras cruzar Princesa. Kilómetro 16: 57-45, Templo de Debod. Coincide con la posible tercera parada en la marcha, antes de las subidas hasta la Red de San Luis. Kilómetro 17: 1-02-10, José Antonio, 55. Si no se han malgastado las fuerzas se puede subir sin problemas. Kilómetro 18: 1-06-08. Termina José Antonio y se Desciende por Alcalá hasta Cibeles.

Son las 12.23 horas y la temperatura es de quince grados. Kilómetro 19: 1-10-30. Se pasa la Puerta de Alcalá, con lo que queda rebasada la última subida, tampoco demasiado fuerte, de unos trescientos metros. Kilómetro 20: 1-13-18. Final ya en el Retiro, frente al antiguo zoo. Se debe tener cuidado con los clavos puestos en el piso para limitar velocidad, pues podrían provocar caídas.

Precisamente, este último detalle sirve para recomendar la prudencia en todo caso, y máxime cuando el peligro del jueves no serán los coches, sino la tremenda aglomeración de participantes. Lo deseable es que a diario, en un futuro no muy lejano, aumentaran pero repartidos por esta ciudad o cualquier otra.

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