Yale guarda silencio sobre el asesinato de Carrión

Felipe Navarro, periodista, 53 años, mas conocido cómo Yale, fue detenido en la noche del pasado 27 de octubre en el pub de su propiedad Yale's Bar, situado en la calle madrileña de Londres. La detención estaba relacionada, según se filtró de fuentes de crédito y reconoció ayer el propio Yale, con el asesinato del mecánico Antonio Carrión (ocurrido el 30 de septiembre), que apareció muerto en un descampado próximo a Navalcarnero, y del que, con su firma, El Periódico publicaba una primicia informativa, bajo el titulo de «El Periódico descubre a los asesinos de Carrión», el mismo día de su aparicion: el pasado 26 de octubre. Tres días más tarde, en la noche del día 30, Felipe Navarro fue puesto en libertad, tras cumplir las 72 horas preventivas de arresto en la comisaría de La Arganzuela, y sin que el juez de Instrucción de Navalcarnero viera motivo de procesamiento alguno, por lo que ni siquiera le impuso fianza.La historia comienza con la aparición del nuevo rotatito El Periódico (EP), que salió a la calle el pasado día 26. En su primer número, el nuevo diario destacaba dentro de la sección de Sociedad a toda plana, un reportaje de Yale (también con una llamada en primera página) en el que se narraba, en exclusiva, la historia del asesinato del mecánico Antonio Carrión de 42 años, cuyo cadáver había aparecido semicalcinado y con diversas heridas punzantes en la mañana del 1 de octubre, en un descampado próximo al madrileño pueblo de Navalcarnero.

Yale informaba de la detención de los dos presuntos asesinos, José Luis Magaña y Juan José Vega Parra («desconocidos militantes de extrema derecha», decía) y narraba las circunstancias que habían rodeado al crimen.

Según cuenta el periodista del grupo Z, el juez instructor de Navalcarnero había cerrado el caso el día 25 de octubre, concluyendo el sumario y decretando la prisión de Magaña y Vega, ingresados en Carabanchel. Ambos habían sido detenidos el 23 de octubre en Irún, cuando pretendían pasar al sur de Francia. Yale añadió que prefería no decir nada mientras el asunto estuviera subjudice.