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La Constitución, aprobada por el Parlamento

El texto, aunque tiene aspectos positivos, no es suficiente

Los tres turnos en contra del texto de la Constitución fueron consumidos por Lluis María Xirinacs y los senadores vascos Gregorio Monreal y Juan Mari Bandrés. También pidió intervenir en contra Fidel Carazo, pero no pudo hacerlo por ser reglamentarias sólo tres intervenciones. Los tres oradores basaron su rechazo en las carencias que encuentran en la Constitución aunque no negaron que tiene aspectos positivos.Lluís María Xirinacs. Senador catalán independiente miembro del Grupo Mixto.

«Me congratulo por los aspectos positivos, que los tiene, de la Constitución. Pero, a pesar de ello, hay aspectos irrenunciable para mí a los que no podemos renunciar. Cuatro son, fundamentalmente, los puntos de discrepancia con el texto constitucional.

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En primer lugar en lo que se refiere al capítulo de las libertades y derechos fundamentales debo decir que, aunque están recogidos en la Constitución, se le pone muchas cortapisas y rebajas. Por ejemplo, en relación con algo que me afecta especialmente. no se reconoce el derecho a poder expresarse en su propia lengua.

En segundo lugar, la Constitución impone un modelo económico que no gusta a una parte de la población. Se constitucionaliza una empresa libre que ya no lo es en una economía libre de mercado, que tampoco lo es.

En tercer lugar la estructura del Estado establecida en la Constitución no recoge las líneas fundamentales del sistema democrático. Se nos impone una Monarquía por encima de todo. Y las Fuerzas Armadas ocupan un lugar en la Constitución que posibilita el golpe de Estado.

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Finalmente, en lo que se refiere a las autonomías, éstas están contenidas en el texto constitucional, pero quedan lejos de satisfacer los deseos de las comunidades autónomas. Se nos obliga a aprender una lengua que no es la nuestra, y de hecho se mantiene una forma de genocidio contra nuestra nación pues se nos niega el derecho a la autodeterminación que se reconoce al pueblo saharaui, un pueblo más atrasado.» (Murmullos de desaprobación y algunas risas.)

Gregorio Monreal. Grupo de Senadores Vascos.

«Los senadores vascos nos hemos esforzado para que el pueblo vasco se integre en la Constitución pero los hombres que están en el poder han decidido que las cosas sigan igual. Tenemos problemas específicos en el País Vasco y esperábamos una Constitución integradora que diera soluciones específicas. Nuestras enmiendas suponían un costo mínimo para el Estado. La culpa de que no hayan sido aceptadas es la presencia de los poderes que dominaron el régimen anterior y, la miopía política del actual Gobierno.

Desde hace tiempo hay un clamor por los conciertos económicos en Euskadi, para dar homogeneidad fiscal a un territorio autónomo. Sin embargo hay una campaña contra ellos presentándoles como privilegios.

Por otra parte, la disposición adicional sobre el régimen foral es ambigua y establece una política de bloqueo en el caso de Navarra. Sería trágico que los partidos mayoritarios planteasen el próximo referéndum como una aislar a los que se opongan a la Constitución.» (Ningún aplauso.)

Juan María Bandrés. Senador vasco de Euskadiko Esquerra.

«Subo a la tribuna de oradores con profundo pesar y con tristeza. Esta hora solemne para muchos, es triste para una gran parte de mi pueblo vasco. Tengo que deciros que habéis redactado una Constitución válida para muchos de vosotros. pero no para una parte del pueblo vasco. Los senadores del Grupo Vasco aunque haya diferencias entre nosotros, habíamos venido al Senado con ilusión. Presentamos nuestras enmiendas y una a una fueron rechazadas. Esto ha constituido un desaire para nosotros. Nos habeis dejado con las manos vacías y con las manos vacías nos hemos presentado a nuestro electorado. Ahora, el electorado dice que no votemos . Ha vencido el centralismo ha sido derrotado el nacionalismo. Ha vencido el capitalismo y ha sido derrotado el socialismo. Por eso nosotros que somos socialistas además de nacionalistas vamos a votar no.

Hay, sin embargo, una razón fundamental para nuestro no. Se dice que la soberanía reside en el pueblo pero en realidad lo quese reconoce es la soberanía del Estado que transfiere y delega competencias, pero no una soberanía compartida. Para la Constitución, el pueblo vasco no existe. Lo más que existen son españoles vascos. Se nos conceden derechos, pero no se nos reconoce como pueblo. Esto es triste después de cuarenta años de opresión. Esta es la razón fundamental por la que vamos a decir no.

Después que sea aprobada la Constitución utilizaremos las puertas que deja abiertas para elaborar un estatuto de autonomía e intentaremos ganar el terreno que se ha perdido hoy de hacer un Estado más acorde con la realidad plurinacional.»

(Ningún aplauso.)

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