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Perspectivas favorables para el laborismo británico

El Parlamento británico reanuda mañana sus sesiones, tras la interrupción estival en medio de la impresión creciente de que el Gobierno laborista puede ahora acabar su quinto y último mandato e incluso ganar unas elecciones generales convocadas cuando estime más favorable.Reflejo del relativo optimismo con que el Gobierno contempla su supervivencia a lo largo de los próximos meses será mañana el discurso de reapertura parlamentaria. En el «mensaje de la reina» Callaghan no va a esbozar un programa legislativo precario, presidido por la idea previa de su incumplimiento, sino que, según todos los indicios, comprometerá a su Gabinete en la lucha contra el desempleo, la modificación de la educación, la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas, y el calendario de los referéndums para la devolución de autonomía restringida a Escocia y Gales, temas todos ellos de grueso calibre en la vida pública británica.

Los nacionalistas escoceses y galeses, claves para Callaghan

La clave de la supervivencia de Callaghan, habida cuenta de su minoría relativa en los Comunes, la tienen los nacionalistas escoceses y galeses, asumiendo que conservadores, liberales y protestantes del Ulster votarán unidos contra el Gobierno. Para asegurarse su apoyo y ganar el voto de confianza que la oposición conservadora solicitará acerca de su programa, el primer ministro ha dado «luz verde» a la concesión de más dinero para los programas de desarrollo regional de Escocia y Gales. Simultáneamente, el Gobierno se ha comprometido a apoyar en Escocia el acto refrendatario que debe alumbrar una nueva asamblea en Edimburgo con poderes propios. Por añadidura, el reciente fracaso del Partido Nacionalista Escocés (SNP) en la elección parcial de Berwick contribuirá probablemente a disuadir a sus diputados de provocar con su voto unas elecciones anticipadas que podrían suponer la defunción del SNP.El Gobierno laborista, en cualquier caso, lucha contra reloj y tiene en el horizonte un invierno de reivindicaciones laborales que puede destruir todos sus planes de permanencia. En materia exterior, afronta también decisiones delicadas, como la de relajar o fortalecer sus precarios lazos con la CEE, o dar una salida públicamente digna al escándalo del petróleo rodesiano, que será discutido en una sesión especial del Parlamento.

Pero en el lado opuesto, también han sido reforzadas las posibilidades de Callagahn. Gobierno y sindicatos mantienen ya un frágil diálogo, pero diálogo a la postre, para reconciliar sus opuestos puntos de vista en el terreno salarial. Aunque un acuerdo es más que improbable, sí se prevé algún tipo de compromiso que desactive la carga de profundidad que para un gabinete laborista supone la hostilidad declarada de los trabajadores. El resultado de las dos últimas elecciones parciales, además de añadir dos votos parlamentarios al partido gobernante, respalda la política laborista en materia económica.

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