Desconcierto entre los socialistas catalanes tras la fusión de los tres partidos

El próximo día 15 debe finalizar el proceso de constitución de las federaciones y agrupaciones de base del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC-PSOE), nacido el pasado 16 de julio, como resultado de los acuerdos logrados entre los dirigentes de los tres partidos fusionados, Josep María Triginer, Joan Reventós y Josep Verde i Aldea. La ausencia de participación de las bases y la innegable falta de iniciativa política de la actual dirección dan un aire confuso y contradictorio a la actual etapa de la fusión.

Diversas fuentes socialistas se refirieron extensamente a la paralización de la vida del partido -o de los tres partidos fusionados- desde el mismo momento de su nacimiento.«No hay -afirmaron- directrices a nivel ejecutivo ni esquemas organizativos donde desarrollar discusión política, pese a los muchos meses pasados desde la fusión nominal.»

En este marco, describir la situación del socialismo catalán aparece como imposible, por cuanto que las corrientes internas se muestran confusas y basadas en personalismos. Una ausencia de debate político impide precisamente el que la actual inoperancia del partido pueda ser calificada en uno y otro sentido.

El elemento más revelador de la pérdida de la vitalidad interna de los socialistas catalanes ha sido la sorprendente designación de Francisco Parra como primer secretario de la organización barcelonesa. Parra derrotó al candidato de la dirección sin que pueda darse un sentido exacto a este hecho, pese a que se benefició prioritariamente del voto españolista de determinados sectores del oficialmente desaparecido PSOE catalán.

El fracaso de la candidatura oficial en una federación tan importante como la barcelonesa -8.000 afiliados- implica el fracaso de los pactos de fusión en lo referente a hallar una determinada proporcionalidad en los cargos intermedios. Si a ello se añade la ausencia de vida interna que ha caracterizado los últimos meses, el resultado es un partido difícil de calibrar, y con un grado de cohesión y disciplina muy escaso.

"El gran error de Reventós -informaron a EL PAIS antiguos dirigentes del PSOE- es creer que las iniciativas políticas van a surgir espontáneamente y que de éstas resultará una mayor cohesión. Mientras, evita el lanzar iniciativas con lo cual el partido se convierte en algo amorfo, lleno de personalismos, recelos y discusiones de tono menor.»

Discusiones superfluas

Algunas de estas discusiones han sido, en efecto, de tan baja altura como el intentar convencer a los otros partidos fusionados que el local propio de la localidad o barrio considerado era el que debía ser conservado, abandonándose los demás. Las discusiones de este orden, tan elemental, han ocupado largas horas de discusión en localidades concretas. El tema ha sido particularmente grave en aquellos lugares en que existía un equilibrio de fuerzas, mientras que en las zonas donde el desequilibrio era significativo, los minoritarios no han podido hacer otra cosa que doblegarse.«Lo peor -afirmaron antiguos dirigentes del PSC (Congrés)- es que toda discusión política de partido debe establecerse dentro del marco interno que establecen los estatutos, y ahora nuestro partido sólo posee este marco de una forma nominal. La verdad es que las bases de uno y otro grupo nos vemos como entes separados.»

Todas las fuentes coinciden en señalar que la fusión, acordada inmediatamente antes del verano, fue precipitada.