Sobrevaloradas las consecuencias de la huelga que mañana inicia ENDESA

Mientras el Ministerio de Trabajo aún no se ha pronunciado sobre la legalidad o no de la huelga convocada por los trabajadores de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) para mañana, el Ministerio del Interior ha cursado instrucciones a las autoridades de las provincias en las que tiene centros de trabajo la empresa para evitar las posibles consecuencias del conflicto.

Estas consecuencias, según unas versiones, supondrían dejar sin fluido eléctrico a más de la mitad del país, mientras que los trabajadores aseguran que la repercusión del conflicto no sería perceptible por el usuario, dado que el único centro cuya paralización supondría la suspensión del servicio eléctrico en gran parte del país -La Mudarra, en Valladolid- no se ha sumado a la huelga, precisamente, en evitación de tal perjuicio.Lo que no parece ofrecer duda es que, como fondo del conflicto laboral, subyace la vieja polémica en torno a la nacionalización del sector eléctrico, contra el que reiteradamente se viene oponiendo el sector privado. En base a esta controversia, fuentes laborales señalan que el sector privado habría mostrado cierto interés en sobrevalorar las repercusiones de un conflicto laboral que, al margen de afectar a un sector público como es el eléctrico -aunque en una medida perfectamente subsanable sin necesidad de recurrir a medidas tan espectaculares como una posible militarización del mismo-, no tiene nada de particular como para diferenciarle de cuantos se registran cada día en el país.

El origen del conflicto estriba en la no homologación del convenio colectivo de la empresa, firmado ya por las autoridades del INI y, en alguna medida, aprobado por las autoridades laborales. El freno a la homologación se encuentra en la comisión delegada del Gobierno para asuntos económicos, la cual entiende que su contenido salarial rebasa los topes establecidos por los pactos de la Moncloa.

La huelga está convocadáen los centros de trabajo de Madrid, Ceuta, Andorra (Teruel), Ponferrada y Puentes de García Rodríguez (La Coruña), los cuales totalizan unos 5.000 trabajadores. Melilla y La Mudarra, esta última en Valladolid, no se suman a la huelga, en evitación de los perjuicios antes señalados.

En el caso de que La Mudarra fuera a la huelga, el suministro eléctrico de esta central sería sustituido por el de cualquier otra que lo permitiera, de acuerdo con los planes establecidos para estos casos por el Repartidor de Cargas (Recar), en manos de Unidad Eléctrica, Sociedad Anónima (Unesa), entidad que engloba un elevado porcentaje de las empresas del sector eléctrico. Esta circunstancia es la que justificaría una imagen favorable al sector privado, que le haría aparecer como el salvador, ante una situación crítica que fuera ocasionada por el conflicto laboral de ENDESA.

En este sentido, el comité de empresa de ENDESA cree adivinar en la sobrevaloración que se hace de su conflicto una «cierta campaña de desprestigio por parte del sector privado, que lleva meses intentando la privatización del futuro Plan Energético Nacional. Esta campaña sería un paso más en la carrera para evitar el papel protagonista que un Plan Energético Nacional aprobado por las Cortes adjudicaría al sector público».