Se excluye la autopsia

No es probable que se realice una autopsia al cadáver de Juan Pablo I, ya que el artículo 17 de la Constitución vaticana excluye la práctica de la autopsia a los pontífices y sólo prevé un reconocimiento externo por parte del cardenal camarlengo.En caso de que existiera una petición de autopsia, ésta debería ser planteada -según ha informado el director de la sala de prensa del Vaticano, padre Romeo Panciroli- a la Congregación General.

Sobre la posibilidad de una autopsia se habló a propósito de las declaraciones del médico de Roma Vincenzo Rulli, quien expresó sus dudas acerca del dictamen de muerte por infarto de miocardio y afirmó que hay muchas causas de muerte repentina que sólo se pueden determinar con precisión en la autopsia. Tal vez esta opinión del doctor Rulli, profesor de electro fisiología, originó el rumor de envenenamiento, que rápidamente se extendió por Roma. Sin embargo, el médico personal de Juan Pablo I, Renato Buzzonetti, ha confirmado su diagnóstico de muerte por infarto de miocardio.

La última persona que visitó al Papa, el cardenal de la curia romana monseñor Bernardin Gantin, declaró «no haber observado ningún atisbo de fatiga en el rostro y en los gestos de Juan Pablo I».

El hermano de Juan Pablo I Eduardo Luciani, que se encontraba en Australia cuando murió su hermano, ha declarado sobre su estado de salud: «Mi hermano no estaba enfermo; su médico me había dicho recientemente que se encontraba muy bien. Es posible que el peso de su responsabilidad le haya provocado la muerte.» Albino Luciani había sido visitado por un médico a mediados de agosto, antes de ir a Roma, y éste le dijo que se encontraba muy bien de salud.

Recientemente se ha sabido que Albino Luciani estuvo al borde de la muerte a causa de una enfermedad no determinada con exactitud.