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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

... Y un debate político

ESE ACUERDO sobre las grandes líneas de la política económica para los próximos años es compatible con fórmulas distintas de gobierno y no lleva implícito ni la tregua entre los partidos ni el congelamiento de la lucha electoral. Es perfectamente sible llegara un acuerdo sobre el marco global de la estrategia contra la crisis y desbloquear, a la vez, una vida pública amenazada de asfixia por la ausencia de contrastes y de oposición.En teoría, el acuerdo para. un programa de saneamiento económico podría prolongarse en un Gobierno de concentración. La imposibilidad de hecho de que se produzca excusa de analizar las ventajas y los inconvenientes de la fórmula. En cualquier caso, los propios comunistas dejan constancia de la inviabilidad del proyecto al situar en primer plano de sus exigencias la constitución de un comité de seguimiento de los acuerdos económicos, que desempeñaría las funciones esenciales de un Gobierno, pero que renunciaría a llevar ese nombre. La propuesta es desafortunada. Si el Gobiero tripartito no se halla en el horizonte de las posibilidades del PCE la insistencia en un «supergobierno» disfrazado de comité de seguimiento no hace más que desplazar el problema sin resolverlo. Así como el PSOE puede obstaculizar los acuerdos para el programa económico por el temor a que éste le ate las manos en el campo político, el PCE también podría dificultar la realización del pacto si condicionara su asentimiento en función de objetivos políticos partidistas.

La posibilidad más razonable es que ese programa económico sea instrumentado, desde el poder, por un Gobierno monocolor o por Gobiernos de coalición, según los resultados de las urnas. Aunue Suárez postergue la decisión de disolver las Cortes hasta después de las elecciones municipales, es muy improbable que en el curso de los tres próximos años no se celebren elecciones generales a Cortes y no se modifique, en uno u otro sentido, la composición del actual Parlamento. El acuerdo global sobre la dirección a seguir en la política económica permitiría a los partidos luchar por la instrumentación desde el Poder de ese plan y controlar desde el Parlamento su ejecución; con especial cuidado de vigilar el gasto público y la administración de fondos del Estado.

El desplazamiento de los enfrentamientos al terreno de la política parlamentaria y al legítimo esfuerzo por administrar los recursos públicos mediante la ocupación de sectores decisivos del aparato del Estado aseguraría a la democracia española ese grado de discusión, debate, competición y conflicto sin el cual las instituciones de un sistema representativo terrninan por languidecer. El incumplimiento por el Gobierno de buena parte de los acuerdos propiamente políticos de los pactos de la Moncloa ha quedado impune en gran medida por la política de consenso suscrita por los partidos de la Oposición, que han postergado el aireamiento (le sus protestas hasta la culminación de los traba os constitucionales. La recuperación de la libertad de movimientos permitiría a la Oposición parlamentaria exigir el cumplimiento de los compromisos y denunciar sus eventuales infracciones ante la opinión. Y también le abri:ría el camino para aspirar a desplazar del ejercicio del poder al partido que lo ocupa mediante una victoría en las elecciones generales.

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