Revisión en la economía china
En un artículo del Diario del Pueblo se afirma que se debe establecer una distinción entre las empresas «mal administradas» y las que lo son de manera adecuada. Señala que estas últimas deben ser propietarias de una parte de sus beneficios, así como que los agricultores deben poseer, colectivamente, las tierras que trabajan.
De manera especial el Diario del Pueblo hace alusión a los conceptos de «interés material», «rentabilidad» y «beneficios» relacionándolos con los principios del espíritu revolucionario chino.«No ha existido jamás conflicto de clases -señala el diario oficial- que no haya tenido una base material, ni revolución que no implique int ereses económicos... Negar el interés material e s por tanto negar la lucha de clases y la revolución.»
El artículo establece unas nuevas directrices de producción en los dos principales sectores de la economía china: la industria y la agricultura, tendentes al parecer a evitar hacer frente al problema económico de la creciente diferenciación entre países agrícolas y países industriales.
En el sector industrial las nuevas tesis que se proponen representan una reforma radical. Actualmente el Estado administra todas, las empresas, cubriendo los gastos de producción y las pérdidas de explotación y quedándose con el total de los beneficios si los hubiera.
El Diario del Pueblo preconiza la división entre empresas «rentables» y «no rentables», y como consecuencia una división de los beneficios de las primeras entre su personal -y «en particular» sus dirigentes- y el Estado.
La reforma propuesta para la agricultura denota una tendencia a quelas fuerzas de producción, que desde 1958 se colectivizaban a pasos agigantados, permanezcan reducidas a pequeñas unidades colectivas en que el derecho del propietario de las tierras quede firmemente enraizado.
Propiedad colectiva
En este sentido, tras hacer alusión al «camarada Mao tse-Tung», el órgano oficial afirma que «se debe reconocer la realidad del sistema de propiedad colectiva de los agricultores, reconocer que son los propietarios de esa propiedad colectiva y que son los dueños de sus medios de producción, de su fuerza de trabajo y de sus productos».Reconoce, haciendo hincapié en el «interés material», que los equipos de producción (comunas populares, brigadas, familias ... ) «organizan su producción y su gestión según su propio interés, en el marco de la planificación del Estado».
Por tanto, se pretende alentar al canipesinado asegurándole que los primeros beneficiarios serán ellos, puesto que el reparto que se efectuará entre ellos correrá menos peligro de perderse que en una colectividad demasiado amplia.
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