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El oro alcanzó ayer los 214 dólares por onza

Los expertos relacionados con cuestiones del mercado del oro y los operadores de los mercados de divisas empiezan a admitir que, por el momento, no se vislumbra el «techo» para el precio de aquél, ni parece haber freno que ponga fin a la caída del dólar. Efectivamente, dos semanas después de que la onza de oro superara la barrera de los doscientos dólares, al abrirse los mercados el lunes se anotaba un nuevo asalto que lo colocaba en los 213,50 en Londres (dos dólares por encima del cierre del viernes) y con suficiente demanda para que en el curso de la semana se llegue a límites por ahora impredecibles. El máximo de ayer superó los 214,1 dólares.

La situación se repite en Zurich, donde también se superaron los 2 14 dólares, así como en otros mercados -singularmente en Extremo Oriente-, donde los precios se disparan jornada a jornada, ante una renovada demanda, que además tiene origen europeo, según dicen los expertos.

Se trata de una corriente que Parece irresistible, y que, al parecer, está alimentada por dos factores principales, relacionados entre si: la perfinaz caída del dólar y el temor a que ello produzca una reacción de salvaguardia en los países productores de petróleo, vía un próximo enecarecimiento de los precios.

En el mercado de divisas de Madrid, ayer se alcanzaba una cotización de 74,604 pesetas por dólar frente a 74,836 del viernes (ambos mínimos desde la última devaluación de la peseta), mientras que en el mercado interbancario quedaba en 74,62/74,67 para dólar disponible, en comparación con 75,00/75,05 del viernes. Hay que añadir que en los mercados exteriores las bajas del dólar vienen siendo constantes, de modo que cada hora desciende un peldaño más en la escala, lo que hace extremadamente difícil seguir sus fluctuaciones.

Como muestra, vamos a Indicar los cambios que se detectaban ayer en diversos mercados:

En Londres, la apertura se ha hecho a 1,9694 dólares por libra; a mediodía ya se había situado a 1,9751, alcanzó el 1,9830 por la tarde. y cerró a 1,9765.

La situación se repetía en Zurich, donde antes de abrirse oficialmente el mercado, se tanteaba el dólar en tomo a los 1,6400 francos, aunque en realidad ha abierto más bajo, a 1,63300/ 1,6420, para seguir descendiendo de tal modo que al poco rato ya no se ofrecía más de 1,6327.

El viernes había cerrado a 1,6440 francos, el valor máximo de la tarde fue 1,5800, aunque al cierre quedó en 1,5960.

El mercado de Francfort estaba en la misma línea. Después de un cambio inicial de 1,9580 marcos, cayó rápidamente a 1,9535, para llegar luego a 1,9480. Por otra parte, el dólar en este caso no caía solo, sino en compañía de las monedas que integran la flotación conjunta europea. Mientras que, en cambio, el franco suizo, un tanto abandonado días atrás, veía reforzarse notablemente su posición de 120 por el en marcos.

Amsterdam dejó ayer muy atrás su récord anterior de abril del 77, y el dólar cotizó en un nuevo mínimo (probablemente de fugaz historia, según los cambistas) de 2,1270 florines, en comparación con los 2,1400 del viernes.

En cuanto a las razones de este vertiginoso declive, las opiniones no aportan ningún elemento nuevo: desconfianza en la, economía americana y perplejidad ante el hecho de que las autoridades monetarias estadolanidenses no hagan nada para remediar la situación de su divisa.

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