El atletismo, minoría selecta
Los Campeonatos de España de Atletismo han logrado, una vez más, convocar a los fieles. Pero de nuevo la cantidad de público ha sido escasa. El atletismo no consigue enganchar en la masa. Los graderíos del INEF, aunque llenos en la jornada final, no suporien una meta confortable. El atletismo, en España, siempre ha sido cosa de minorías y de ahí no sale.No hay, probablemente, disciplina más grandiosa que esta. El atleta es, probablemente, el más singular de los deportistas porque la victoria a secas no le basta; ha de luchar contra el récord. La aspiración siempre va más allá. Es una pena que en nuestro país no se le tenga una mayor devoción a un deporte que es, además, formativo.
El balance de los Campeonatos ha sido positivo desde el punto y hora en que han sido batidas cuatro marcas nacionales. Mas el progreso sigue siendo lento. El atletismo necesita la presencia de una figura estelar para que acapare la atención de la gran masa. Llevamos años quedándonos con la miel en la boca. Las figuras coyunturales son las que aquí dan empujes decisivos. El día en que un atleta español tenga mejor suerte que Haro en una final olímpica quizá tendremos el impulso definitivo.
En el atletismo español, desgraciadamente, hay algo que no acaba nunca de funcionar: la estructura federativa. Se prefiere la frase sonora al trabajo callado. Al actual presidente federativo se le va a veces la fuerza por la boca. Sobre todo cuando quiere armarla. Es entonces cuando asoma un plumero poco acorde con los tiempos actuales.
