Tablas sin lucha
Es la primera vez en la historia de los cotejos por el título mundial que los dos ajedrecistas se niegan a luchar desde el primer round. No tiene importancia que las cuatro primeras partidas hayan terminado en tablas; lo importante es que no hubo lucha en tres de ellas. En la tercera Korchnoi logró posición favorable con cierta presión sobre el carripo enemigo, pero se decidió por empate cuando se encontró aprerniado por el reloj.
Karpov y Korchnoi jugaron, en 1974, el match final para designar al desafiante del campeón mundia Robert Vischer. Un ese encuentro, a veinticuatro partidas, se produjeron diecinueve empates, pero todos ellos, con la excepción de uno, fueron verdaderos combates que terminaron a veces en la jugada noventa. En ese match triunfó Karpov por tres victorias a dos.
Un nuevo método se ha inaugurado en Baguío, inventado por los psicólogos que integran los equipos de los dos ajedrecistas. Esos expertos consideran que la guerra de nervios es parte integrante de la lucha frente al tablero, y tratan de demostrarlo con pacíficos duelos, esperando que sea el otro quien sucumba primero en la batalla psicológica. Pero el arma es conocida y pueden esperarse empates sin lucha en cadena. Sin embargo, conocidas las «fichas» del temperamento de cada uno, es fácil, pronosticar que será Korchnol el primero que se arroje al agua sin el salvavidas de una repetición de movimientos.
Spassky se nacionializa francés
Pero hoy se ha conocido una noticia que tendrá indudable repercusión en Baguío y, especialmente, en el equipo soviético. Según informa La Vanguardia, el soviético Boris Spassky, ex campeón mundial derrotado por Robert Fischer, en 1972, ha obtenido la nacionalidad francesa.
Spassky se casó en Moscú con Marina Tcherbacheva, francesa de padres rusos, hace varios años. Esta circunstancia le ha permitido al ex campeón obtener la nueva ciudadanía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.