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El fervor franquista llenó algo más de tres cuartas partes de la plaza de toros de Las Ventas

«Los artífices del pacto de la Moncloa, de la Constitución y de los consensos nos han llevado a lo largo de dos años y medio a una experiencia trágica», dijo ayer Blas Piñar en un mitin celebrado en la plaza de toros de Las Ventas, en conmemoración del 18 de julio, en el que también intervinieron Gregorio Almirante, secretario general MSI; Tixier-Vignancourt, presidente de Forces Nouvelles, de Francia, y Rícardo Courutcher, del Movimiento Nacional argentino. Entre el delirio y la histeria de los miles de asistentes, el caudillo Piñar arremetió con gran virulencia contra el Gobierno, del que dijo que era pactista con el terror y que insultaba a España.

El fervor franquista no llenó por completo la plaza de toros de Las Ventas. Algo más de tres cuartos de entrada, como se diría en el argot taurino: alrededor de 20.000 personas sobre un aforo de 28.000, más algunos cientos de personas esparcidos en el coso. El mitin de la eurodestra, en conmemoración del 18 de julio, se celebró sin ningún incidente, por lo que se refiere a lo ocurrido durante la celebración del mismo dentro de la plaza de toros, por la que Fuerza Nueva de Madrid pagó por su alquiler un millón y medio de pesetas.

Más de 1.200 personas formaron el servicio de orden. Desde varias horas antes del comienzo comenzaron a congregarse en las inmediaciones de la plaza militantes y simpatizantes de Fuerza Nueva y otros partidos de extrema derecha formes azules y gorras azules, rojas y negras, adornados con numerosas pegatinas de FN, de Falange y banderitas españolas.

Algunas pancartas como «No a la Constitución» y «Con la fe de España, las luces de Francia y el corazón de Italia será posible construir una Europa unida y noble repleta de valores», adornaron algunos de los tendidos. Cientos de banderas de España desafiaban ondeando al viento el reciente decreto que prohibe el uso partidista de las mismas. Otras banderas de Fuerza Nueva (azul y roja), de la Falange, de la Comunión Tradicionalista, de Forces Nouvelles de Francia, del MSI italiano completaban el colorido del graderío entusiasta y enfervorizado.

Insultos al Gobierno y a Suárez

Entre la amplia gama de slogans coreados por los asistentes destacaban los insultantes contra el Gobierno y en particular contra Suárez, junto con los de «Franco, resucita; España te necesita», que ponían un tinte sentimental y nostálgico a la calurosa tarde de julio; numerosas personas tuvieron que ser asistidas de mareos y lipotimias.

Minutos antes del acto, por los altavoces de la plaza se solicitaban donativos para ayudar a costear los gastos de los actos de la conmemoración del 18 de julio, que han costado a Fuerza Nueva en total cerca de cuatro millones de pesetas.

El primer clamor general de la plaza se oyó a las ocho y tres minutos. A esa hora, desde la puerta desde la que habitualmente hacen los toreros el paseíllo entró en tromba Sixto de Borbón, quien rodeado de una nube impresionante de guardaespaldas, cruzó atléticamente el ruedo y se dirigió hacia la tribuna de oradores. Los gorilas de Sixto de Borbón arrollaron a personas en su alocado paseíllo y en particular a periodistas y fotógrafos (alguno de los cuales rodó por el suelo) que se hallaban frente a la tribuna de oradores.

La secretaría de prensa de Fuerza Nueva dio extraordinarias facilidades a los periodistas para el desarrollo de su tarea informativa, evitando en alguna ocasión algún intento de agresión a periodistas que fueron insultados repetidas veces por algunos espectadores aislados.

Algunos gritos recordaron a Hitler cuando se leyó un telegrama de solidaridad de ultras alemanes. Se gritó Ejército al poder cuando Giorgio Almirante se refirió a las Fuerzas Armadas españolas como «gloriosas, intactas e intangibles» y el delirio se colmó cuando los oradores invocaron a José Antonio («el más grande capitan civil de nuestro tiempo», dijo Curutchet) y a Franco («que construyó un dique contra el marxismo y el comunismo, hermanos gemelos de la miseria y la división», dijo Tixier Vignancourt), y fuertes gritos contra Carrillo cuando Piñar se refirió a los mártires del comunismo y a Paracuellos del Jarama.

Los cuatro oradores

Aunque el delirio, hasta el extremo de la histeria colectiva, llegó con la intervención del caudillo Blas Piñar, numerosos aplausos y algún canto del Cara al Sol interrumpieron los parlamentos de los oradores.

Curutchet, del Movimiento Nacional argentino, se refirió a que el «primer deber del combatiente es acudir con sus armas de todo tipo allá donde el azar de la lucha le lleve». Tixier Vignancourt, de Forces Nouvelles francesas, habló del eurocomunismo. al que calificó de una gran farsa al que se le había dado respuesta con la euroderecha.

Giorgio Almirante, secretario general del Movimiento Social Italiano (MSI), dijo que la consagración histórica de la euroderecha era este mitin de Madrid, que pasará a la historia como el primer gran mitin de la derecha europea. La euroderecha nació en Italia, dijo, porque allí es donde existe el primer gran partido comunista, en París se ha reunido con anterioridad, porque Francia alumbró la idea de la Europa de las naciones, pero se ha consagrado aquí en España, donde ha tenido lugar la primera gloriosa cruzada contra el marxismo.

Blas Piñar dijo que este año el 18 de julio no se conmemoraba de una manera fría en los jardines de La Granja, sino al aire abierto de la capital de la Patria, una grande y libre. «Los que hemos sido fieles al 18 de julio, a la tradición y a Franco, tenemos que gritar basta ya.» «Si la democracia es el instrumento y pantalla para servir a intereses bastardos, entonces se está tralcionando a España.»

Blas Piñar recomendó votar no a la Constitución, por laica y traidora. «porque desprecia a Dios y apoya el libertinaje, destroza la familia y afecta a la enseñanza y a la moral pública». Sobre las autonomías dijo que los primeros efectos se podían comprobar en el País Vasco, del que se estaba empujan do a ETA a ser su propia policía.

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