Leyes democráticas
Me llamo Jesús Martiño Bravo. Casado y con tres hijos, llevo dos meses detenido, y en el momento en que escribo ésta me encuentro desde hace tres días en el centro de rehabilitación de esta ciudad de León.Los hechos son los siguientes: yo ingresé en la prisión de Oviedo por unsupuesto delito de agresiones, que, como se pudo demostrar en su momento, fue defensa propia; no obstante, se me retiene tres días en la citada prisión de Oviedo y se me
-concede la libertad, pero al salir se me comunica que quedo retenido por el Juzgado de Peligrosidad y Rehabilitación Social de La Coruña (¡ciudad que no conozco!) por un supuesto tráfico de estupefacientes y se me condena a unas medidas de seis meses a dos años de prisión; esto sin pruebas de ningún tipo, sin denunciante, sin hechos probados. Con un sistema de vida y medios perfectamente comprobables. Dicha propuesta fue realizada por el señor Fanjul, perteneciente a la Brigada de Investigación Criminal y destacado en la villa de La Felguera, y al parecer, se basa en que cuando yo era un crío cometí un fallo que pagué con veinte días de prisión.
No conformes con la persecución, a mis veintiséis años, casado y con una familia a la que tengo que mantener y preocuparme de su porvenir, me aplican la tan traída y llevada ley de Rehabilitación Social.
Hace pocos días solicité a la dirección de la prisión de Oviedo mi situación exacta, y se me contestó: «Ni es preventivo, porque está cumpliendo una condena, ni es penado, porque no ha sidojuzgado.»
No existe un hecho concreto y tipificado en el Código Penal, ni existe denuncia, sino solamente una propuesta personal de un policía.