Los comunistas no consiguieron impedir que se fije un número mínimo de diputados
El Congreso de Diputados estará compuesto por un mínimo de trescientos miembros y un máximo de cuatrocientos elegidos de acuerdo con criterios de proporcionalidad, según aprobó ayer el Pleno de la Cámara, en contra de la opinión del grupo comunista, que veía en la fijación del número mínimo un aliciente para los partidos mayoritarios, y de Alianza Popular, que se pronunció, unavez más, a favor de un sistema electoral mayoritario.El artículo 63, en el que se regula la composición del Congreso, dio origen a fuertes tensiones cuando se debatió en la Comisión Constitucional, y sólo mediante el acuerdo básico entre UCD y el grupo socialista se pudo superar entonces el impasse. El partido gubernamental se esforzó ayer en explicar las razones que le movieron a aceptar los argumentos socialistas y en despejar cualquier sospecha de que la Constitución deje abierta la posibilidad de pucherazos electorales.
El debate se inició con la intervención de Manuel Fraga (AP), quien solicitó que se suprimiera la mención al número de diputados que habrán de componer la Cámara baja, así como la alusión a los criterios de proporcionalidad y a la provincia como circunscripción electoral. «Las complicadas realidades geográficas -explicó- aconsejan que no se tomen decisiones rígidas en la Constitución a este respecto.» En relación con los criterios de proporcionalidad, afirmó que si su grupo estuviera sólo atento a sus propios intereses hubiera solicitado un sistema proporcional puro, que esel que más le beneficia. «Pero para nosotro -dijo el señor Fraga- la próxima elección es menos importante que la próxima generación.»
Oscar Alzaga, de UCD, explicó el motivo por el que su grupo había cambiado de actitud en relación con este artículo. «La clave de este cambio -señaló- es la especialísima oposición con que la redacción inicial fue acogida por los grupos Comunista, Socialista, Minoría Catalana y PNV, que sostuvieron que permitiría poner en duda la representatividad de los diputados.» «UCD, desde la responsabilidad, pensó -dijo el señor Alzaga- que esas dudas no podían quedar sin despejarse en este proceso constituyente, porque sabemos que de la credibilidad de los representantes depende la obediencia civil.»
Se mostró en contra del sistema mayoritario porque, dijo, la historia de nuestro país es la historia de la ley del puchero, del fraude electoral, y la historia del sistema mayoritario. «Nos encontramos hoy día -prosiguió- con una auténtica demanda del sistema proporcional, pese a los inconvenientes que reconozco que puede, tener.» Señaló que el sistema proporcional no se opone a la formación de coaliciones fuertes y estables y resaltó como una gran ventaja el que imposibilitara el caciquismo, «que, quiza, es una preocupación vigente todavía en la mente del pueblo español». Por último, reclamó el artículo y el sistema proporciona] que en él se establece como «hijo legítimo y heredero universal» de la ley para la Reforma Política.
Comunistas: el artículo, a medio camino
Los comunistas plantearon su gativa a la redacción aprobada en la Comisión Constitucional en términos muy distintos a los utilizados por AP Jordi Solé afirmó que su grupo era plenamente partidario del sistema proporcional y que, precisamente por ello, consideraba que el artículo se quedaba a medio camino. «La fijación de un número global de diputados y de la provincia como circunscripción hacen imposible la proporcionalidad », añadió. «Corremos el peligro, dijo más adelante, de ir hacia el bipartidismo, hacia los dos grandes bloques que defiende el señor Fraga y que han sido fatales en nuestro pasado y lo serían en el futuro. En nuestro país no está consolidado el sistema de partidos y, en lugar de intentar darles prestigio, como sería aconsejable para la democracia, se les ponen impedimentos.»
La enmienda comunista fue derrotada por 115 votos a favor, 146 en contra y siete abstenciones, mientras que la de AP concitó veintiún votos a favor, 251 en contra y dos abstenciones.
Comunistas, PNV y Minoría Catalana se mostraron a continuación partidarios de que se modificara el artículo relativo a la composición del Senado, calificada de cámara duplicada por Jordi Solé Pretendían que la Cámara alta se configurara como la Cámara de las comunidades autónomas, Marcos Vizcaya (PNV) afirmó que, tal y como estaba configurado en el texto de la comisión, el Senado sería algo perfectamente inútil. «Si el Senado se va a convertir en la cámara moderadora de las presuntas veleidades progresistas del Congreso, único representante del pueblo, nosotros seríamos partidarios de que se suprima.»
Las dos enmiendas, al igual que otra de similar sentido defendida por el señor Gaston (Grupo Mixto) fueron derrotadas con un alto índice de abstenciones.
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