La seleccion, sin futuro

Los trabajos para el Mundial español de 1982 comenzaron hace ya bastante tiempo, y causaron asombro ante la improvisación que siempre ha sido típica en nuestro país. Sin embargo, aunque se hayan dado pasos a nivel burocrático, el problema deportivo ni siquiera ha dado uno hacia el camino positivo. Los ochenta partidos que todas las selecciones españolas -absoluta, sub-21 yjuvenildisputarán en los próximos cuatro años, según la pretensión de la Federación Española, no deben enganar a nadie.Mientras se habla de los extranjeros o de que los directivos de clubs no estén en la Federación -cuya salida de un «Tribunal Supremo» es toda una cortina de humo- se ha olvidado ya que sin una reducción del calendario de Liga para empezar la selección no seguirá encontrando otra cosa en su trayectoria que las migajas de los clubs. Más o menos como hasta aliora. La triste realidad es que sin partidos no se puede crear ambiente ni equipos y dentro de nada se habrá olvidado el fracaso de Argentina para preocuparse sólo por la Liga. Barcelona, Valencia y Atlético de Madrid tratarán de quitarle el título al Real, y eso será lo único que interese a todos. Es decir, lo de siempre, quinielas incluidas.

Ochenta partidos para cuatro años dan una media de veinte por temporada y siete, aproximadamente. por selección. Conocido ya el calendario de la absoluta hasta abril de 1979, sólo habrá tres amistosos, contra Francia, Italia y Checoslovaquia, pues el resto serán los cuatro «obligatorios» de la Eurocopa, frente a Yugoslavia, Chipre y los dos de Rumania. En ese plazo, cualquier club habrá disputado cuatro o cinco veces más partidos. La diferencia que podría ser incluso lógica, pese a la falta de fechas para la selección, se agravará, seguro, porque en los siete partidos, sin más preparación que una concentracion previa se seguira sin esquema de equipo para el futuro. El tiempo se habrá perdido una vez más, y, el Mundial-82, que podrá ser un éxito de organización en cuanto Saporta consiga sus garantías para trabajar. Seguirá siendo una incógnita deportiva. ¿Hasta cuándo?