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Solucionado el conflicto de Dimetal de Madrid

Un acuerdo marco, aceptado ayer por empresa y trabajadores, ha puesto fin al largo conflicto de Dimetal de Madrid, cuyas factorías permanecían cerradas por lock-out y huelga desde el pasado 30 de mayo. Un despido y varias sanciones a miembros del comité de empresa, basados en su participación en las jornadas de encierros de representantes y secciones sindicales en apoyo del texto de la ponencia sobre el proyecto de ley de Acción Sindical, que tuvieron lugar en toda España los días 22 y 23 de aquel mes convocados por UGT y CCOO, fueron el desencadenante de este último conflicto, en el que subyacía, sin embargo, un deterioro constante de las relaciones laborales.

La empresa Dimetal, que cuenta con unos setecientos trabajadores y unas cifras de facturación próximas a los 1.500 millones de pesetas anuales (según el consejo de fábrica), registró una gran expansión en los primeros años de la década de los setenta, y se convirtió en empresa de vanguardia para el movimiento obrero. En el año 1975, los trabajadores lograron imponer a la dirección uno de los primeros consejos de delegados del país y aumentos salariales de hasta el 150 % en dos años.Sin embargo, a partir de marzo de 1976, la dirección empieza a plantear medidas de reestructuración organizativa de la empresa y a formular su intención de recurrir a regulación de plantilla, al tiempo que inicia la división de la fábrica en dos grupos: grupo primero (mecánico), y grupo segundo (eléctrico). Los trabajadores entienden todas estas medidas, que se traducirán más tarde en la pretensión de traslado de una de las factorías, en un expediente de regulación rechazado por Trabajo, y en el proyecto de desglosar las dos divisiones en empresas independientes, como un intento de Dimetal para reducir la combatividad de los trabajadores. Todos estos aspectos subyacían, junto con el despido y las sanciones, en el conflicto de Dimetal.

Por ello, el acuerdo logrado ayer, en base a un texto propuesto por el inspector de Trabajo, Marcos Peña -elegido por las partes como mediador-, es una auténtica transación entre los intereses de los trabajadores y los de la empresa que va más allá del despido y las sanciones mencionadas. El acuerdo contempla temas como la acción sindical, la organización de la empresa y las garantías de futuro para la plantilla.

En el aspecto puntual de las sanciones, la empresa retira el despido y lo sustituye por una sanción, que no figurará en el expediente del trabajador, que concluirá el próximo 30 de septiembre. Las sanciones, que tampoco pasarán a los expedientes de los afectados, se reducen asimismo a quince días.

En cuanto a la acción sindical el pacto recoge conquistas muy importantes para los trabajadores, que van más allá de lo previsto por la legislación. Así, en materia de asambleas, los trabajadores tendrán derecho -al margen de las que puedan solicitar- a once asambleas anuales sin autorización y con una duración máxima de cuatro horas. El tiempo para actividades sindicales se fija en 45 horas, se concede autorización para realizar 9.000 fotocopias al año y derecho a varios tablones de anuncios.

La aceptación de la separación jurídica de Dimetal en dos empresas, contrapartida a lo anterior, queda paliada por las garantías contraídas por la dirección con sus trabajadores. En este sentido, los dos próximos convenios continuarán siendo únicos para todos los trabajadores, independientemente del desglose de la empresa, al tiempo que gozarán de garantías de estabilidad de empleo, permuta y transferencias entre las empresas y prioridad de ingreso en las mismas.

Al pacto se llegó tras quince días de negociaciones entre las partes, bajo la mediación de la Administración, que asume así un nuevo papel en las relaciones laborales.

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