Los partidos italianos sacan las consecuencias del voto

«Los italianos han pedido un Estado más fuerte y partidos más limpios.» Así resumió para EL PAÍS Guido Bodrato, miembro de la direcclón de la DC, el resultado de los dos referéndums celebrados el domingo en Italia.

Y lo cierto es que toda la prensa destacaba ayer estos dos puntos. Contra la ley Reale sobre el orden público votó sólo la extrema izquierda, la extrema derecha y una parte de socialistas partidarios de la «alternativa de izquierdas» y, naturalmente, los radicales.

El voto «sorpresa» fue el 43% en contra de la subvención pública a los partidos. Como escribe el diario romano La República, este resultado «revela un descontento profundo, rabioso y muy inquietante ». Y toda la prensa subraya el hecho de que votaron «contra los partidos» todo el sur y el gran triángulo industrial: Milán, Turín y Roma. En su editorial Corriere della Sera escribe que podrá ser una casualidad, pero no cabe duda que «en las grandes ciudades industriales y en el sur existen las masas más inquietas, más desesperadas y desilusionadas de la mediación tradicional de los partidos». Es como si dijeran: no existe dinero para crear puestos de trabajo, para hacer hospitales y escuelas, y para ellos encuentran siempre miles de millones.

Ayer en todos los ambientes políticos se meditaba seriamente este descontento de casi la mitad de los italianos, y se señalaba que una protesta tan general no se puede olvidar que en estos últimos años la clase política italiana ha estado bombardeada de escándalos financieros.

Berlinguer, secretario del PCI, escribía ayer en L'Unita, órgano del partido: «El elevado número de síes a la abrogación de la ley sobre la subvención de los partidos demuestra la existencia de un malestar y de una crítica hacia las prácticas exteriores que caracterizan la conducta y la vida de algunos partidos.»