Coacciones a un ex militante de ETA
Carlos Zabala, Crispín, antiguo refugiado político vasco, aseguró ayer, en una rueda de prensa celebrada en San Sebastián, que había sido amenazado de muerte por funcionarios del Cuerpo General de Policía de Pamplona si no se prestaba a «colaborar» denunciando a antiguos compañeros militantes de ETA.Carlos Zabala, que ha abandonado su domicilio habitual en Olazagutia y su trabajo en la empresa Sidalbeza de Albéniz, afirmó que el pasado día 2, al salir del trabajo, fue abordado por dos personas que le ofrecieron dinero si colaboraba con ellos facilitándoles las direcciones exactas de algunos refugiados políticos en el País Vasco-francés, mencionando expresamente a Txomín, Zufiaurre y un joven que trabajaba como fotógrafo del diario Egin en Pamplona. Estas dos personas, de las que Carlos Zabala dijo haber reconocido a una como funcionario de la brigada político-social que le detuvo en abril del 75 y le interrogó en el mes de octubre de ese mismo año, le amenazaron con «pegarle cuatro tiros» y con denunciarle a ETA como soplón y causante de la detención de los comandos capturados en Pamplona.
Los presuntos policías indicaron a Carlos Zabala que pensase la propuesta que le hacían y que el lunes, día 5, debía llamar al teléfono 24 87 93 de Pamplona, donde le darían instrucciones más concretas. El ex militante de ETA afirmó que no había efectuado la llamada y que había abandonado su lugar de residencia por temor a represalias.
En otra ocasión, el refugiado político vasco -según aseguró a los periodistas- fue también coaccionado por la policía para denunciar a militantes de ETA bajo promesa de su puesta en libertad si continuaba en la organización armada y pasaba a la policía todos los datos sobre la actuación de los comandos de ETA.
