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Madrid responde a una cultura metropolitana distinta a lo castellano

El jueves, a las ocho de la tarde, comenzaron las Jornadas de Estudio y Debate sobre las dos Castillas y adrid, organizadas por el Centro Universitario de Estudio y Práctica.En la jornada de ayer, viernes, se trataron los problemas desde el punto de vista socioeconómico y hoy finalizarán con un debate político, a las siete y media de la tarde.

En la jornada del jueves se abordó la temática cultural. En la mesa estuvieron Fernando Valiño, periodista; Juan Gutiérrez Nieto, historiador; Juan Antonio Castro, autor teatral, y José López Martín, presidente de la Casa de la Mancha de Madrid. Actuó como moderador y representante del citado centro universitario Miguel Fernández. Tanto las exposiciones como el debate carecieron de suficiente perspectiva sobre Madrid, campo cultural sobre el que hubieran aportado datos Peridis, Santiago Amón y César Alonso de los Ríos, cuya participación estaba prevista en programa y que no concurrieron a la mesa redonda.

En síntesis, los participantes se pronunciaron contrarios a la integración de Madrid (al menos Madrid capital) en cualquiera de las dos Castillas, «ya que los aspectos culturales madrileños son de un carácter más urbano y metropolitano, esencialmente diferenciados del resto castellano». Se hizo una ligera distinción de lo castellano y lo español, con hincapié en la necesidad de clarificar ambos conceptos y de aceptar el término de cultura castellana. «Esta cultura ha estado confundida con la cultura española, imperial y nacional, y ha sido la primera en sufrir la agresión impositiva y la marginación dictadas desde el poder central durante siglos y especialmente en los últimos cuarenta años.» Finalmente, se aportaron ideas para una recuperación de lo castellano y de una conciencia castellana. Entre ellas destacan el fomentar tal recuperación por medio de la enseñanza -desde la escuela hasta la Universidad-, así como establecer un centro regional de televisión y buscar lo autóctono a partir de las comarcas.

Como planteamiento táctico, se consideró válido el proyecto de autonomía para cada una de las dos Castillas, pero sin descartar la posibilidad de una futura nacionalidad castellana.

La lengua castellana se consideró como el principal nexo cultural de unión y se determinaron otras características comunes tales como el sentido universalista del castellano, así como los derivados del subdesarrollo socioeconómico a que han estado sometidas ambas Castillas por la influencia centralista.

Entre los datos ilustrativos de las consideraciones generales, destacan: la escasa creación literaria en Castilla la Nueva, con excepciones poéticas como Arrieta, Alcaide, Cabañero y Crespo, la falta de preocupación regional en las universidades de Valladolid y Salamanca, la carencia de un museo de Arte Contemporáneo -no por falta de obra para nutrirlo, precisamente- o el mínimo número de volúmenes en bibliotecas públicas, algunas de ellas cerradas, etcétera.

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