«Una provocación autorizada»
La autoridad gubernativa, que permitió en San Sebastián el acto celebrado el domingo día 21 de mayo, no hizo otra cosa que reconocer y respetar el derecho de reunión que asiste a un partido político legalizado, como lo es Fuerza Nueva.El acto no requería autorización de ninguna clase, ya que una cosa es la reunión en local cerrado, y la nuestra se celebraba en el frontón Anoeta, y otra la manifestación al aire libre. Sólo ésta requiere la autorización, que debe solicitarse previamente del gobernador civil de la provincia.
El tratamiento, pues, de los actos convocados por el Partido Comunista de España en Paracuellos del Jarama, y por Fuerza Nueva en San Sebastián, tenía que ser diferente. Para el primero, que habría de celebrarse al aire libre, autorización expresa. Para el segundo, simple notificación a la autoridad correspondiente.
La legalidad, pues, facultaba al gobernador para acceder o no acceder a la solicitud del Partido Comunista.
Por otra parte, a menos que la nota oficial mienta, la negativa a conceder la autorización para el acto de Paracuellos del Jarama, no fundamenta la suspensión del mismo con los "argumentos más que discutibles" esgrimidos por Fuerza Nueva, sino en el incumplimiento por los solicitantes de los requisitos que aquella legalidad exige. Si los argumentos de Fuerza Nueva subyacen bajo la negativa, será una cuestión que EL PAIS puede indagar, preguntando al gobernador.
La asimilación, pues, de la Fiesta política de Paracuellos del Jarama con el acto de afirmación nacional de San Sebastián, aparte de otras razones de fondo, carece de lógica.
Si la reunión de la capital guipuzcoaná se hacía en local cerrado y con la notificación procedente, los conflictos que pudieran originarse, degenerando, incluso en "una tragedia", como dice EL PAIS, no serían motivados por Fuerza Nueva, que hacía uso de un derecho legítimo y que había extremado la prudencia, sino de la autoridad gubernativa, por no adoptar las medidas precautorias que garantizasen dicho derecho, y de las bandas armadas de la ETA que, como reconoce EL PAIS, "perpetran asesinatos a sangre fría" y "no reconocen los cambios sustanciales producidos en España y en el País Vasco desde las elecciones generales dejunio de 1977".
El calificativo con que nos obsequia EL PAIS: "Falange de fanáticos agresivos, para quienes no hay más razón que la muy antigua fuerza de las pistolas y los garrotes" es tan insultante como inexacto.
Los disparos hechos sobre los asistentes al acto desde el bosque próximo al frontón Anoeta, y desde las terrazas y pisos altos de los edificios circundantes. el ametrallamiento de coches y autobuses. los adoquines lanzados desde las calles inmediatas al local donde celebramos nuestra reunión, ¿acaso debieron ser replicados con el silencio?, ¿en qué código señor director de EL PAIS, está la norma que prohibe la defensa -colaborando, además, como en este caso con la fuerza pública- no sólo del propio derecho de reunion, que se pretende quebrantar, sino de la vida, amenazada por quienes tienen demostrado hasta la saciedad que no acostumbra a respetarla?
Si EL PAIS trata de confundir con los "Incontrolados", a los que alude en varias ocasiones, con quienes se defendieron con bravura e hicieron retroceder, quizá por vez primera, a los asesinos y terroristas, hace mal, porque los militantes de Fuerza Nueva, en cuanto tales -y como tales actuaron en San Sebastián el 21 de mayo- no son "incontrolados".
Por lo que respecta al insulto de 'Fanáticos agresivos, para quienes no hay más razón que la muy antigua fuerza de las pistolas y los garrotes", quiero recordar a EL PAIS tres cosas: la primera, que esa fuerza podrá ser muy antigua, pero también muy, moderna, a juzgar por esos asesinatos a sangre fría y esos atentados que la ETA y los grupos terroristas vienen cometiendo para conseguir el Estado independiente de Euskadi -neologismo separatista que el propio diario acepta-; la segunda, que lleva razón, toda la razón, al decir que nosotros -aunque no seamos ni de derechas ni de extrema derecha- somos los rivales, por españoles sin cobardía, de quienes tratan de destruir, de cualquier modo, la unidad de la patria y asesinan sin piedad a quienes la sirven; y tercera, que el editorial que motiva esta réplica, es una injuria y una provocación a Fuerza Nueva, autorizada, no por un delegado gubernamental, sino por usted, señor director.
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