Aprobados 25 artículos, gracias al pacto de seis grupos parlamentarios
Las negociaciones y pactos llevados por UCD, PSOE y PCE, con la colaboración de la Minoría Catalana, produjeron ayer un espectacular consenso sobre varios temas fundamentales de la Constitución, al mismo tiempo que ocasionaba el enfado del PNV -que se retiró por la mañana de la sesión de ayer- y de Alianza Popular, que se retiró a las diez de la noche. El PNV se reintegrará hoy a los trabajos constitucionales, mientras AP reunirá a su grupo parlamentario antes de tomar una decisión. Informan .La mayoría de los grupos parlamentarios decidieron ayer, tras laboriosas negociaciones, dar un importante acelerón al debate de la Constitución. El acuerdo, que afectó a los artículos del 25 al 50 del anteproyecto, se encuadra en una política que, más que de consenso, comienza a calificarse como de Estado. La falta de habilidad para articular el acuerdo por parte de UCD, socialistas, comunistas, Minoría Catalana y Grupo Mixto, dio motivo a que tanto el PNV como Alianza Popular mostraran su oposición. El representante vasco se retiró de la Comisión a media mañana, mientras que los dos comisionados de Alianza Popular decidieron abandonar la sesión al filo de las diez de la noche, después de haber intervenido en el debate de los artículos más conflictivos.El consenso alcanzado por los seis grupos mencionados afectó a temas tan polémicos como la enseñanza y su financiación, la disolución del matrimonio, la libertad de sindicación y la posibilidad de que también se sindiquen los funcionarios públicos, aunque la ley regule las peculiaridades de este ejercicio, la objeción de conciencia, la supresión del carácter previo de la indemnización por expropiación, la negociación colectiva y el derecho de huelga. El tratamiento de estos temas fue considerado por la oposición de izquierda como más satisfactorio que el que figuraba en el texto del anteproyecto.
La contraprestación puede ha berse centrado en la nueva redacción del artículo 50, en el que se contempla la posibilidad de sus pensión de determinados derechos ciudadanos para personas determinadas «en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o elementos terroristas», con la caución de que «la utilización injustificada o abusiva de tales facultades producirá responsabilidad penal para los autores de la misma, como violación de los derechos y libertades reconocidos por las leyes».
La posibilidad de replantear el consenso se hizo patente en la cena UCD-PSOE a que nos referíamos en nuestra edición de ayer, encabezada por Fernando Abril y Al fonso Guerra. El tema inicial de la cena, la negociación de la regulación constitucional de la enseñanza, quedó encuadrado en un marco más amplio, hasta el punto de afectar a otros muchos puntos conflictivos. Fuentes socialistas mostraron su asombro por la capacidad de comprensión y diálogo mantenida por el Gobierno, después de ocho meses de una actitud muy diferente. Para ciertos sectores del partido gubernamental, sin em bargo, la actitud de los negociado res de UCD fue excesivamente condescendiente.
En la reunión que los portavoces de los grupos parlamentarios celebraron esta mañana en el salón de ministros, después de conocerse la retirada motnentánea del representante del PNV de los trabajos de la Comisión, por sentirse marginadó de los compromisos, se observó cierto nerviosismo entre los comisionados de UCD. Al parecer, tanto José Pedro Pérez Llorca como Miguel Herríro de Miñón y Oscar Alzaga intentaron reducir algo los márgenes del acuerdo inicial. La reunión se prolongó hasta casi las cinco de la tarde, sin interrupción para la comida.
Si el PNV se sintió marginado y, en pal abras de Pedro Sodupe, adoptó la decisión de retirarse como una llamada de aviso a los demás grupos de cara al futuro debate de los airtículos relativos a.la autonomía, otras minorías, concretamente la Catalana y el Grupo Comunista, fueron también protagonistas del consenso. Ambos grupos fueron consultados por el señor Abril antes de celebrar la cena con el PSOE. Miguel Roca, de la Minoría Catalapa, desempeñó un papel importaáte por delegación de los dos grupos mayoritarios, que no desearon implicarse demasiado en los debates en la Comisión y dejaron que fuera el diputado catalán el que, en nombre de la ponencia, sahera al paso,, una y otra vez, de las protestas de AP.
Federico Silva manifestó, nada más iniciarse la sesión, por la tarde, que su grupo no había participado en la negociación, y discrepó del procedimiento seguido para alcanzar el consenso. Miguel Roca le recordó que su compañero Antonio Carro se había sumado a la reunión de portavoces, y aunque no había ratificado los acuerdos, los conoció ampliamente.
La presencia en la Comisión, durante casi toda la tarde, del mi, nistro de Educación, Iñigo Cavero, provocó un continuo ir y venir de diputados de UCD deseosos de consultar su opinión sobre la regulación del tema de la enseñanza. El señor Cavero recibió las agitadas lamentaciones del senador padre Angel Martínez Fuertes, líder de los empresaríos religiosos de la enseñanza. Más tajante fue la reacción del diputado canario de UCD César Lloreás, que presentó ayer mismo su dimisión como miembro de la Comisión Constitucional. En el escrito dirigido a la ponencia de la comisión, eI señor Llorens señala que no está 4e acuerdo con los textos aprobadós ni con los procedimientos seguidos.
Algunos observadores señalaban ayer la posibilidad de que se produzcan en los próximos día reacciones hostiles a algunos de los puntos del acuerdo, especialmente los relativos a la enseñanza y el divorcio. Ya anoche unas doscientas personas se concentraron ante las Cortes, gritando: «Suárez, atiende, la familia no se vende. »
Sin embargo, uno de los aspectos positivos del acuerdo logrado por los seis grupos mencionado fue que, en principio, nadie ha pretendido apuntarse el éxito.
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