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Reportaje:

"La grúa ha sido un producto mal vendido por el Ayuntamiento"

La historia de la grúa está jalonada de numerosos incidentes y quejas. Santiago Estrada opina que este es un servicio concebido para ayudar a ordenar el tráfico y que está sujeto a una legislación de la que no se sale, pero reconoce que «ha sido un producto mal vendido por el Ayuntamiento». «La gente está acostumbrada a no pagar las multas o a esperar el embargo para pagar en ese instante, aunque sea con recargo La grúa desagrada porque no queda más remedio que pagar. De aquí procede la principal razón de la antipatía hacia la grúa, pero hay que concienciarse de que se trata de un servicio en ayuda de la mayoría. »« Desde el mes de abril -explica- un policía municipal acompaña a cada grúa y extiende un parte de la orden de retirada del vehículo, que, como ya explicó el alcalde, sigue un orden de prioridades. Esto es: de entre las numerosas ocasiones en que el Código de la Circulación señala que la grúa debe retirar un vehículo, se han ordenado seis casos prioritarios y otros seis igualmente prioritarios aunque en segundo término respecto a aquéllos. Con esto se pretende racionalizar más el servicio, y estamos intentando poder informar a la opinión pública mensualmente de todos los casos de retirada de vehículos en estas circunstancias. »

Telex en vez de radio

Según el señor Estrada, en Madrid se cometen unas 8.000 ó 10.000 infracciones diarias. Y son unas setecientas u ochocientas llamadas las que recibe diariamente el teléfono 092 de la Policía Municipal reclamando con urgencia la intervención de la grúa.«A fin de agilizar el servicio se va a desdoblar la función del 092, de manera que se pueda atender a los que llaman pidiendo la grúa y a los que preguntan dónde está su vehículo.» Y añade: «Una nueva medida de gran eficacia será la instalación de un sistema de telex que sustituirá a las comunicaciones por radio. De esta forma, además de rapidez, se ganará en control, pues todo queda escrito. Automáticamente se sabrá en la central dónde ha sido llevado cada vehículo. Con ello se evita la posibilidad de que, en la transmisión por radio, que se hace de boca a oído, algún dato se recoja equivocado, lo cual se ha prestado a confundir algunos vehículos y tardar varias horas en saber dónde había sido depositado.»

Servicio de ayuda al automovilista

El Ayuntamiento quiere convencer de que la grúa no es un instrumento represivo, ni que sirva de tapadera para algún negocio. «No hay que olvidar que la concesionaria de la grúa no es quien retira los vehículos, sino que ejecuta la orden del agente de la Policía Municipal. Si la grúa es rentable o no, al Ayuntamiento no debe importarle. Lo que está claro para el Ayuntamiento es que este tipo de servicios conviene darlos en concesión. Por otra parte, y por ley, los servicios sólo deben municipalizarse de forma subsidiaria, es decir, cuando no quede otra alternativa. En la situación actual, tengo referencias de que la grúa ha costado 63 millones de pesetas en pérdidas a la empresa concesionaria desde que se hizo cargo de ella, en el pasado mes de junio, pero esta es otra cuestión.»«En este mismo mes de mayo esperamos que entre en funcionamiento el Servicio de Ayuda al Automovilista. Confiamos en que facilite mucho la ordenación del tráfico. »

El servicio de ayuda al automovilista consiste en advertir al ciudadano, a través de mensajes en prensa y radio, con un día o dos de antelación, sobre los programas de actuación de la grúa. «La gente se extraña a veces de que nos llevemos un coche mal aparcado en doble fila en una calle donde aparentemente no estorba mucho y, sin embargo, no nos llevamos coches aparcados en triple fila en otra calle. A veces dicen que es porque favorecemos a un restaurante en particular. Esto es un ejemplo. Lo que no sabe el público es que la grúa acomete su tarea en conjunto, de forma que queden más fluidas las grandes vías.

«Hace poco que un diputado se quejaba por habérsele retirado el coche de un lugar en que no estorbaba. No se había dado cuenta de que lo dejó en la puerta de emergencia de un cine, y, al decírselo, pidió disculpas. Hay muchas anécdotas. A Jaime de Mora y Aragón le habrá retirado la grúa su coche más de sesenta veces, y todos los años, por Navidad, felicita las Pascuas al jefe del depósito de La Bombilla; este es el caso de quien deja el coche donde le parece, pero acepta sin rechistar la sanción.

Otros, en cambio, son revanchistas. Nosotros atacamos mucho las zonas de aparcamiento de ambulancias, y muchos coches que retiramos de allí son de los propios médicos o personal de esas clínicas u hospitales, pero éstos, a su vez, avisan a la grúa en cuanto ven algún coche aparcado en ese mismo lugar. Y los hay pícaros. Palomo Linares tenía un coche muy grande y pesado; quien se lo aparcaba sabía que, al meter el gato de la grúa, por el peso del vehículo, podía romperle los bajos y estaba tranquilo de que no se lo iban a llevar aunque lo dejara en medio de un jardincillo; hasta que se nos ocurrió poner debajo unas planchas de acero."

Los barrios de alto "standing", más atacados

En base a estas manifestaciones, señalan que no es cierto que la grúa se lleve los vehículos de más fácil acceso, o que eluda los coches caros como representativos de propietarios de influencia. «Se capturan menos camiones o autubuses porque hay menos, pero en proporción no existen diferencias. Los barrios más atacados son los de mayor nivel económico, precisamente el centro urbano y en especial, por ejernplo, el barrio de Salamanca. Y, sobre esto, hay datos. Datos que, estamos dispuestos a convertirlos en información al público. »Algunos de estos datos son los siguientes: hay cien grúas, treinta de las cuales son del Ayuntamiento y el resto de Cemesa, la empresa concesionaria. De ellas, 97 son aptas para la carga de turismos y tres para vehículos pesados, como camiones o autobuses. El parque automovilístico madrileño es de 800.000 vehículos aproximadamente; de ellos, unos 60.000 son industriales y 42.000 motocicletas. Hay que añadir a este contingente otros 200.000 que acuden diariamente a Madrid procedentes de los pueblos inmediatos.

Pero Madrid -aparte de la deficiente red de transportes públicos- está planificado de forma que apenas hay sitio para aparcar. Esto, que es una opinión generalizada, pretende desmentirlo con los siguientes datos: «Existen 12.000 plazas de aparcamiento por concesión municipal, otras 520.000 en bordillos, 81.000 en garajes públicos, 8.000 en parkings y 200.000 en comunidades de vecinos. Suman 821.000 plazas. El desglose de los vehículos es el siguiente: 840.000 turismos, 42.000 motocicletas y 60.000 vehículos industriales. Como puede verse, prácticamente está equiparado. »

La escalada de los incidentes

En los últimos meses se ha producido una escalada de incidentes con la grúa. El origen de esta escalada coincide en el tiempo, el aumento de tarifas (de quinientas pesetas a 2.000 por hacerse cargo del transporte Cemesa. La ubicación de depósitos de vehículos en Aravaca y en la carretera de Toledo, además de en La Bombilla, viene también a causar malestar, por cuanto supone un considerable gasto de tiempo y dinero, aparte de trastornos, hasta dar con la localización exacta del vehículo. Asimismo, han trascendido casos en que los vehículos han sido devueltos con desperfectos no existentes en el momento de la retirada por parte de la grúa. Y hasta la Policía Municipal realizó un paro laboral por la mala imagen que les creaba este servicio.«Con el nuevo depósito establecido en Azca se han evitado los trastornos de Aravaca y la carretera de Toledo, que tienden a desaparecer. De todos modos, existe falta de espacio. La grúa recoge coches por orden de los jueces, de Aduanas y de la Guardia Civil, además de los que motivan las infracciones cotidianas. El incremento de las tasas se deriva de una ordenanza fiscal. La mala imagen de la Policía Municipal cambiará, si es que realmente existe así, en la medida en que cambie la imagen de la grúa, pero quizá lo más ingrato para los policías es el tener que ir en estos vehículos en momentos en que se venían produciendo incidentes. Estos incidentes, en muchos casos, se producen por ignorancia. Algunos usuarios no se dan cuenta de que el Código señala que se deberán pagar todos los gastos una vez iniciada la maniobra de retirada. El Ayuntamiento ha solicitado que esto se cambie, pero no depende de nosotros, sino del Ministerio del Interior. En cuanto a otros casos, cuando se han encontrado desperfectos o robos en los vehículos, se pagan los daños y se persigue al culpable. Se han dado casos de robos en los depósitos de vehículos y la Guardia Civil ha detenido a algunas pandillas de delincuentes que operaban así. Si se comete algún error, que nadie piense que no se trata de corregir. Recientemente ha sido sancionado un policía municipal por ordenar la retirada de un vehículo que estaba bien estacionado; este policía no podrá ascender jamás. El caso de la retirada del coche de un inválido, que ocurrió hace poco, se resolvió. El cartel que llevaba no era el reconocido, pero cuando se identificó como inválido, se le dio el coche sin cobrarle nada. »

« En cuanto a los problemas laborales en Cemesa, es algo que no es de nuestra competencia. Cemesa recibe 1.500 pesetas por cada vehículo más los gastos de estancia en el depósito que esta empresa tiene alquilado. No se retiran más de seiscientos vehículos diarios. Y las cuentan son claras. El problema estriba en que Madrid presenta un tráfico difícil. En tal situación, la grúa es necesaria. Se trata, pues, de que su servicio sea eficaz para la buena ordenación de la circulación. Esto es lo que hay que conseguir. Si hay errores, hay que corregirlos, desde luego. »

Los abandonados

Una de las cosas que se le imputan a la grúa es que no retira los coches abandonados. «No podemos hacerlo tan fácilmente como se cree. Hay que comunicarlo al propietario y éste, lo más que hace, es moverlo de sitio. Finalmente, es la Jefatura Provincial de Tráfico quien tiene que ordenarlo. Esto lleva unos trámites que vienen a emplear unos tres o cuatro meses. De todos modos, es un problema que, precisamente hoy, vamos a estudiar. »

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