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Preautonomías

Tarradellas remodelará el Gabinete catalán

Los representantes de las principales fuerzas parlamentarias accedieron a que el presidente Tarradellas remodele plenamente el Gobierno catalán, procediendo de inmediato a nombrar ministros que contarán con la confianza personal del presidente de la Generalidad. Esta sorprendente decisión tuvo efecto en el transcurso de la reunión que durante nueve horas seguidas, a lo largo de todo el sábado, sostuvieron los cinco ministros catalanes representantes de partidos políticos con Tarradellas.Al término de dicha reunión ninguno de los asistentes informó de tan inesperado acuerdo. Tarradellas tampoco hizo ninguna referencia al mismo en el transcurso de la rueda de prensa que mantuve -durante tres horas seguidas más, reloj en mano- inmediatamente después de la referida reunión. No obstante, EL PAIS obtuvo esta información de varias fuentes directas y plenamente coincidentes.

Durante cerca de dos horas los reunidos se refirieron a las circunstancias protocolarias que enmarcarían la toma de posesión en el día de hoy del nuevo capitán general de la Cuarta Región Militar. A continuación Tarradellas criticó muy severamente a todos los ministros denominados técnicos de la Generalidad, sin excluir a aquellos a quienes, hasta ahora, se consideraba más próximos a su persona.

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Serra, Rahola y Espasa, criticados por Tarradellas

(Viene de la primera página)

Fuentes muy directas indican que las criticas más duras que formuló Tarradellas iban dirigidas contra Narcis Serra, socialista, Frederic Rahola, tarradellista y hasta ahora su principal colaborador, y Ramón Espasa, comunista. A los asistentes les pareció perfectamente claro el deseo de Tarradellas de prescindir, por lo menos, de estos tres miembros de su gabinete. Ello causó auténtica sorpresa, por cuanto las valoraciones negativas de la capacidad y dedicación de alguna de estas tres personas no son compartidas por prácticamente nadie. Respecto a Rahola, la sorpresa reside en el hecho que, sin duda alguna, ocupa el cargo debido únicamente a la confianza personal que Tarradellas depositaba en su persona.

Estas duras críticas -acompañadas de consideraciones varias, a veces de carácter anecdótico- sorprendieron o, en su caso, desconcertaron a los interlocutores de Tarradellas, es decir, a Carlos Sentís (UCD), Josep M. Triginer (PSOE), Joan Reventós (PSC-R), Antoni Gutiérrez (PSUC) y Jordi Pujol (CDC). Fue el líder comunista Antoni Gutiérrez quien -nueva sorpresa- intervino diciendo que ante esta clara y total desconfianza de Tarradellas en su gabinete, la alternativa podía ser la constitución de uno nuevo, con personas de la plena confianza de Tarradellas. Como es sabido, el actual gobierno catalán fue constituido teniendo en cuenta los porcentajes de votos obtenidos en Cataluña por las diferentes opciones políticas el pasado 15 de junio.

Después del señor Gutiérrez intervino, en idéntico sentido, Jordi Pujol, quien afirmó que la falta de confianza de Tarradellas en su gabinete llevaba a éste a su inoperancia, de ahí que fuese admisible la constitución de un nuevo gabinete que contara con la confianza total de Tarradellas.

Joan Reventós y Josep M. Triginer manifestaron que éste no era el problema, sino que lo prioritario era establecer un calendario para la transferencia a la Generalidad de los servicios y competencias de las actuales diputaciones provinciales. Manifestaron que ello pondría en marcha al gabinete, cuya paralización es debida, en su opinión, a la falta de competencias. Otros máximos dirigentes socialistas consultados por EL PAIS acusaron formalmente a Tarradellas de frenar los traspasos, tanto los procedentes del Estado como, particularmente, los que actualmente están en manos de las diputaciones. Agregaron que Tarradellas desea usar la estructura de estas corporaciones con fines electorales, contra la izquierda.

Según fuentes directas, finalmente los socialistas se sometieron al sentimiento general de que Tarradellas podía remodelar su gabinete según su personal criterio, con personas de su confianza. Es obvio que Carlos Sentís (UCD) estuvo de acuerdo con este planteamiento, desde el primer momento.

Sabe Tarradellas que el terreno que él domina es el estrictamente político, mientras que en el técnico sus deficiencias son claras. Para Tarradellas, poner, pues, en marcha realmente la Generalidad es hoy por hoy optar por su propia automarginación, y ello es lo único que jamás hará.

Finalmente, cabe preguntarse por qué los partidos políticos catalanes obran del modo que lo hacen, permitiendo que todas las batallas que presenta Tarradellas se conviertan en otras tantas victorias del presidente de la Generalidad. Responde una fuente autorizada: «Nos estamos jugando la autonomía. Un enfrentamiento con la institución por cuyo restablecimiento luchamos sería de casi imposible explicación popular. Un enfrentamiento abierto desprestigiaría la idea misma de la autonomía catalana.» Por estas y otras razones, los partidos se someten y esperan al «postarradellismo», confiando en que, por lo menos, Tarradellas no pueda dejarlo todo «atado y bien atado».

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