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Reportaje:Presente de lo que quiso ser una nueva ciudad satélite / y 2

Moratalaz este: algunas viviendas se desmoronan a los nueve años de ser construídas

«Hace siete años que ocupo esta casa. Al año de trasladarnos, una enorme grieta atravesaba ya el salón. Las humedades que tenemos en los dormitorios son tales que cada dos por tres tengo que llevar a los niños al médico. Lo peor es el miedo a que la casa se pueda hundir en cualquier momento. No creo que haya derecho a esto.» Antonia tiene aproximadamente 35 años. Vive con su marido y cuatro niños pequeños en un piso de la calle del Arroyo Fontarrón, en el barrio VI de Moratalaz Este. La situación en que se encuentra su vivienda es la misma que la del 60 % de las 10.000 familias que habitan esta zona de Moratalaz.Las viviendas de Moratalaz Este se encuentran enclavadas en los terrenos que anteriormente componían la Dehesa de Moratalaz. Estos fueron adquiridos inicialmente por Urbis, SA, y vendidos posteriormente por esta empresa al Instituto Nacional de la Vivienda para construir viviendas subvencionadas. Las empresas encargadas de levantar los bloques de pisos fueron Internacional y Goysa.

Prácticamente, la totalidad de las 10.000 familias que ocupan esta zona del barrio eran chabolistas o habían sido desalojados de sus anteriores casas, por diferentes motivos.

Asimismo puede decirse que es una zona eminentemente obrera. Existe un predominio de empleados de la industria y de peones no cualificados.

Los bloques edificados por el INV, con destino a los chabolistas, se acabaron de construir en 1973. Allí fueron alojados parte de los chabolistas de Vallecas, la Celsa, Saternilla y los Cocherones de la Villa. Estos pisos tienen una media de dos habitaciones y ningún tipo de comodidad, aunque no presentan el lamentable estado que caracteriza a los del Ayuntamiento.

Los bloques del Ayuntamiento, construidos por la Obra Sindical del Hogar, presentan en su totalidad grietas y humedades. El tamaño medio de este grupo es de una superficie de unos sesenta metros cuadrados. Carecen de calefacción y ascensor. Estas viviendas se empezaron a levantar en 1968 y fueron entregadas en el 69. El hundimiento de algunas de las viviendas es tan amenazante que la asociación de vecinos del barrio negocia actualmente con la Gerencia Municipal de Urbanismo la remodelación total de toda esta zona.

«Al poco tiempo de llegar al piso -explica una vecina de Antonia- empecé a oír extraños ruidos que parecían venir del techo. No se me ocurrió pensar que fueran las grietas. Creía que eran cosas mías y estuve a punto de ir al psiquiatra. Hasta que un día llamé a unas vecinas que vinieran para ver si oían lo que yo. Eran las grietas. Cuando creíamos que habíamos dejado la chabola, nos habíamos metido en una casa en ruinas. Comprenda que es desesperante.» Este estado de cosas fue uno de los motivos que sirvió como base de protesta en la masiva manifestación convocada por las entidades ciudadanas de Moratalaz el 11 de noviembre pasado, y a la que asistieron cerca de 30.000 vecinos.

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Las causas del amenazante estado de las viviendas parecen apuntar a que las construcciones fueron realizadas sobre arcillas expansivas -parte de San Blas presenta el mismo problema- y que, además, se utilizaron materiales inadecuados.

Si bien el problema de la vivienda es el más preocupante en Moratalaz Este, la falta de equipamientos y las deficientes comunicaciones se sufren en esta zona en mayor grado que en el Moratalaz construido por Urbis.

Las guarderías, uno de los mayores problemas

En un primer recorrido por la zona, lo primero que destaca es la ausencia de zonas ajardinadas. Las pocas existentes resultan a todas luces insuficientes para las necesidades de los 50.000 habitantes del barrio. Son muchos los niños que tienen que jugar sobre la tierra pelada o en los charcos que se forman con las primeras lluvias.

Las guarderías es uno de los servicios más denunciados por los vecinos. Pese a estar prevista la construcción de centros suficientes -en esta zona son muchas las madres que trabajan-, de momento solamente hay una guardería, con capacidad para cien niños. Las mujeres del barrio que trabajan fuera de casa tienen que recurrir, así, a guarderías privadas, cuyo coste es excesivo la mayoría de los casos.

Respecto a la cuestión sanitaria, el problema en todo Moratalaz es el mismo. Un solo ambulatorio tiene que atender a casi un cuarto de millón de personas. Ello hace que los casos urgentes tengan que ser atendidos en el Francisco Franco. Los casos leves son los únicos que tienen cabida en el ambulatorio.

Horas en llegar a los puestos de trabajo

Sin embargo, y pese a todas las deficiencias mencionadas, la deficiencia de los transportes públicos es, en esta zona, donde más se hace notar. Muchas de estas familias tienen que desplazarse a puestos de trabajo enclavados en otros barrios periféricos y en pueblos industriales de la provincia de Madrid. Las líneas de autobuses que llegan hasta el barrio no están suficientemente bien enlazadas con otras vías de comunicación como para poder resolver correctamente el traslado hacia los puestos de trabajo.

La apertura de la estación de Metro sería un gran respiro para el barrio. Enlazaría con la línea IX, y pasaría por Sainz de Baranda, avenida de América y plaza de Castilla. Además, hay que señalar que la llegada del Metro a Moratalaz supondría la apertura de bocas en cuatro estaciones que serían puntos claves en el barrio.

Como punto final, cabría tocar el tema de los colegios. En estos momentos, según explicaron varios padres de alumnos, la deficiencia sufrida, especialmente en cuanto a puestos de enseñanza preescolar se refiere, parece que está en vías de ser definitivamente superada. El problema se ha resuelto utilizando como aulas escolares locales comerciales. La consecuencia primera es que los niños carecen de espacio en el que disfrutar su tiempo de recreo. «No tenemos patios -explicaba un profesor de EGB-, pero las calles son amplias, y esto parece ser suficiente para el Ayuntamiento. Con todo, las horas de recreo las damos de forma escalonada, a fin de que las calles no sean totalmente ocupadas por los niños y éstos puedan aprovechar los pocos espacios de que disponen.»

El grupo de padres de alumnos ha expuesto recientemente sus problemas a la nueva delegada de Educación. Según explicaron, la disposición de ésta es buena y esperan que el problema quede superado en breve.

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