Amenazas de bomba en la huelga
Desde que se inició la huelga de profesores de EGB, el 18 de abril, varios colegios de Madrid, entre ellos el de mis hijos, se ven obligados, día tras día, a desalojar el centro por amenazas de hacer estallar artefactos; amenazas que, por otra parte, parecen más probables de lo que en principio se pensó. Creo que sería oportuno que las centrales o el comité de huelga se pronunciaran sobre ellos, haciendo público su rechazo de unos procedimientos que no pueden sino hacer impopular una huelga en la que se propugnan una serie de reivindicaciones importantes.Por otra parte, cuando las víctimas de las amenazas son niños de siete a catorce años, entre los que es fácil crear una psicosis de pánico, me parece doblemente oportuno que los responsables últimos de una huelga, precisamente de profesionales de la educación, desautorícen y manifiesten públicamente su insolidaridad con los provocadores de tales situaciones.
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