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Stielike y Deusto se bastaron para derrotar al Hércules

El Madrid despidió la Liga en Chamartín con un triunfo cómodo gracias a tres goles de Stielike, con colaboración de Deusto en los dos primeros. Para Santillana, que se quedó sin marcar, el encuentro significó el final, de sus esperanzas de proclamarse máximo goleador. El Hércules salió en busca de un empate que le diera la salvación, pero se vio muy pronto en desventaja en el marcador.Bonita primera parte, con un Madrid y un Hércules lanzados a jugar por todo el campo, con alegría y alto nivel de precisión en las entregas. El Hércules no salió sólo a defenderse, sino que se preocupó de armar sus ataques y de buscar la puerta de Miguel Angel. Llegó con tres negativos a Madrid, y eso le hacía sentir la amenaza -aunque no muy próxima- del descenso. De ahí que buscara el empate, pero no por la vía del cero a cero, que casi siempre falla, sino tratando de marcar y obligando al Madrid a moverse en todas las zonas. Su desgracia fue que en el minuto diez ya se encontraba por detrás en el marcador, por culpa de un descuido en el marcaje de Stielike, que pudo disparar cómodamente, y del inmediato fallo de Deusto, al que se le vio toda la tarde muy por debajo de sus mejores días.

Con el gol, el Madrid se terminó de animar en su juego de ataque. Jensen, Guerini y el propio Stielike hacían apariciones en el área en jugadas que nacían de atrás con vistosidad y rapidez. El Hércules mantuvo su deseo de jugar por todo el campo, pero, como equipo suramericanizado que es, acusó lentitud tanto en sus movimientos de ataque como de repliegue. Eso dio absoluta ventaja al Madrid, que marcó en seguida otro tanto también por medio de Stielike y también con la colaboración de Deusto.

Con los dos goles de ventaja en el marcador, al Madrid se le daba ya por resuelto el partido, y al aficionado no le quedó otro interés que ver si Santillana marcaba, cuantas más veces mejor, para ganar el trofeo al máximo goleador, en el que competía con Kempes. Y Santillana acudió a la cita, pero el gol no. Santillana estuvo bien, acompañó la jugada, saltó al cabeceo, estuvo en la boca del gol cinco veces en el primer tiempo e hizo todo lo necesario para marcar; pero una tras otra las ocasiones se escaparon. El buen juego de ataque del Madrid no ofrecería ya más frutos antes del descanso.

En la segunda mitad Del Bosque sustituyó a Benito; Sol pasó al centro de la defensa, Wolff se situó como lateral y Del Bosque quedó en la media. Era su reaparición ante el público madridista después de muchas semanas de ausencia, y fue un retorno absolutamente desafortunado. Casi todos los balones que pasaron por él se perdieron, y él fue la causa de que el Madrid descendiera mucho en su peligrosidad y de que el espectáculo se viniese abajo.

El Hércules trató de pelear aún por su suerte y siguió con sus salidas al ataque, a las que sumaba algunos hombres y en las que su delantero Moyano, suramericano debutante en la Liga española, apuntaba buenas condiciones. Pero le faltó remate al equipo alicantino, y Miguel Angel, muy seguro, resolvió bien lo poco que le vino. En la otra puerta hubo ya bastantes menos sobresaltos que en la primera mitad. Santillana no encontró resquicio al remate y vio escapar los minutos sin que sus goles llegaran, con lo que quemó sus últimas esperanzas de ganar el título de goleador, máxime si pensarnos que Kempes conseguía tres goles a esa misma hora ante el Betis. Un soberbio disparo de Stielike cerró la cuenta, esta vez sin colaboración de Deusto, porque el cañonazo era irriparable. El resultado ya no se imovería más. El Hércules se quedó sin el punto que le hubiera dado tranquilidad, y Santillana tuvo que conformarse con el puesto de segundo goleador.

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