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Se pretende reducir la Segunda B a un solo grupo

La Segunda División «B» se pretende cuente en lo sucesivo con un solo grupo de veinte equipos, en lugar de los dos con que ha contado esta temporada por primera vez. La propuesta ha sido elaborada en la última reunión del comité del fútbol profesional, en el que, paradójicamente, solamente están representados los clubs de Primera y Segunda División. A pesar de ello se permiten sugerencias que afectan a otras categorías.

La propuesta, por el momento, solamente tiene carácter provisional. Las conclusiones del Comité de Fútbol Profesional son únicamente consultivas. De ahí que esta propuesta deberá ser primero aprobada por la junta directiva de la Federación Española para ser presentada a debate en la asamblea general. Será entonces cuando se intente plantear de forma definitiva o, por el contrario, se desestime.

El Comité de Fútbol Profesional tiene ya planteadas las soluciones a los problemas que crearía la modificación de la Segunda «B». El reglamento federativo establece que cualquier modificación competicional requiere una temporada más después de que sea aceptada hasta que sea efectiva de forma práctica. Esto quiere decir que, a pesar de que se apruebe la propuesta, no comenzaría a funcionar hasta la temporada 1979-80.

Al mismo tiempo, y a pesar de los reglamentos, la modificación de la Segunda «B» podría ser efectiva ya en la próxima temporada si un mínimo de veinte equipos, de los cuarenta que ahora la componen, decidieran libremente actuar el próximo año, en Tercera División. El resto de los clubs pasarían a formar la Segunda B y aquellos que decidieran descender engrosarían los ocho grupos de veinte equipos con que, también a partir de la próxima temporada, contaría la Tercera División, en lugar de los seis grupos que la forman esta temporada.

Tal medida antirreglamentaria se pondría en funcionamiento con esa urgencia para evitar mayores problemas económicos a la mayoría de los clubs que esta temporada militan en Segunda «B». Ha bastado un año de experiencia para demostrar que la Segunda «B» ha resultado un fracaso, principalmente para aquellos equipos del segundo grupo, andaluces, levantinos y catalanes. Esta categoría se puede considerar futbolísticamente de Tercera División, pero la diferencia de nombre, por otra parte, no ha servido para que el alza de los precios de las localidades -lo que ha retraído bastante público- recompense esa otra de los contratos, sueldos y «primas» de sus jugadores. Es decir, el fracaso ha sido, sobre todo, económico. Por otra parte, los viajes en este segundo grupo de la Segunda «B» en la actual temporada han sido también bastante más costosos de lo que cabía esperar.

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