Marchais se ratifica en su fracasada política electoral
Ochenta páginas, leídas en tres horas, para reafirmar todos los análisis hechos por la dirección del Partido Comunista francés (PCF) tras los comicios legislativos del pasado mes de marzo: tal fue el informe del secretario general del partido, Georges Marchais, ante los 140 miembros del comité central que se reunió durante los dos últimos días. A pesar de la contestación que provocó el fracaso electoral entre los militantes, la dirección del PCF considera que no ha cometido ningún error.
De cara al porvenir, el informe del líder comunista resaltó que se desarrollarían las tesis del XXII Congreso, que oficializó el abandono de la noción de dictadura del proletariado. Mañana, sábado, por otra parte, celebrará una convención nacional el Partido Socialista (PS), para analizar también las consecuencias de la derrota electoral. El primer secretario del partido, Francois Mitterrand, se confrontará con las corrientes distintas que agitan la dirección y la base del partido.A pesar de los procesos instruidos por intelectuales y militantes durante las últimas semanas contra la estrategia y el funcionamiento del Partido Comunista, el informe del señor Marchais aseguró que no había ocurrido nada: el informe del buró político del último 20 de marzo, criticado ampliamente por muchos militantes, en el que se analizaba el resultado de los comicios y se culpaba totalmente al PS de la derrota, continúa siendo la biblia de la dirección.
El señor Marchais, en su informe, reafirmó que el PS ha girado a la derecha, que «los socialistas querían ponernos de rodillas» y que el PCF no hizo más que lo que debía para conseguir la victoria. Respondiendo a quienes en el seno del partido también se han levantado contra la denominada estrategia del fracaso, que habría adoptado la dirección cuando rompió las negociaciones en septiembre del año pasado, el informe aseguró lo contrario.
Para refutar también a los militantes que se quejan del funcionamiento interno y, más concretamente, del centralismo democrático, el señor Marchais repitió que el PCF es el partido más democrático y que esto no impide que se mejore esa democracia interna. El secretario general del PCF dijo, en resumen, que «una discusión seria, interesante y positiva se desarrolla en el partido y que la inmensa mayoría de los militantes están de acuerdo con la política de la dirección».
En los trabajos del comité central, a puerta cerrada, ningún miembro se manifestó discordante con el informe del secretario general, que también confirmó que no se publicarían en la prensa del partido las críticas de los militantes.
Ayer, en las páginas del diario independiente Le Monde, el filósofo comunista Louis Althusser terminó su serie de cuatro amplios artículos en los que sucesivamente ha triturado «el cambio de orientación, operado secretamente por la dirección», «la denominada estrategia del fracaso», el funcionamiento interno, la ideología convertida en «caricaturas» y, por fin, en el último emitió las sugestiones que debieran permitir una profunda transformación del PCF.
El señor Althusser acusa a las instancias dirigentes de realizar una «práctica política burguesa», consistente en separar «a la dirección de los militantes y al partido de las masas».
Para romper con esta práctica política, que ha conseguido -según Althusser- «que el estalinismo de nuestros dirigentes se haya hecho humanista, e incluso abierto en algunos casos», el filósofo propone esenciamente: devolverle la vida al marxismo. Una crítica y una reforma profundas de la organización interna, que no consistiría en suprimir el centralismo democrático, «sino en renovarlo y transformarlo para ponerlo al servicio de un partido revolucionario de masas».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.