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Críticas severas del PCE y PSOE al comportamiento del sector privado en la siderurgia

Laureano Lázaro, economista del Partido Comunista; Juan Manuel Kindelán, del Partido Socialista Obrero Español, y José Montes, catedrático de Metalurgia en la Escuela de Ingenieros Industriales, formularon ayer en una reunión celebrada en este centro docente una severa crítica a la actuación de la empresa privada en el sector siderúrgico.

El coloquio se organizó para tratar acerca de la crisis de esta industria básica. Estaban invitados representantes de los cuatro partidos políticos con más amplia representación en las Cortes. A última hora, y por indisposición imprevista, excusaron su asistencia los representantes de UCD, señor Angulo Montes, diputado por Almería y presidente de Adaro, y Antonio Menéndez del Valle, diputado de Alianza Popular por León y vicepresidente del Banco de Fomento.En las intervenciones de los tres ponentes citados se analizó la evolución del sector en los últimos cuarenta años, la pugna empresa pública-empresa privada, las características de la crisis actual y sus posibles alternativas.

El representante del PCE destacó el interés del sector privado para controlar este sector, al menos hasta fecha reciente, y su constante presión en defensa de protección arancelaria (siglos XIX y XX) y ayuda financiera (acciones concertadas). Señaló cómo en el momento de la creación de Ensidesa (INI), el sector privado renunció a protagonizar la iniciativa de una siderurgia integral (años 50) y cómo después neutralizó la posible rentabilidad de Ensidesa, orientando su producción (principio de subsidiariedad) hacia productos de bajo valor añadido. Además se cargó a Ensidesa con Uninsa, empresa resultante de la fusión de tres sociedades siderúrgicas anticuadas y obsoletas. Según el señor Lázaro, la táctica del sector privado fue clara, «socializar las pérdidas en empresas públicas y privatizar las ganancias». Como último estadio de esta evolución presentó la creación de Altos Hornos del Mediterráneo por iniciativa privada, donde se fusionó una planta moderna financiada con crédito oficial con otra acería anticuada de Altos Hornos de Vizcaya, que ahora se pretende colocar al sector público.

Como alternativas a la actual crisis, definida por una lamentable situación financiera del sector, una importante sobrecapacidad y un problema serio de mercado, el representante del PCE pidió una solución global para todo el sector, un plan de saneamiento financiero que no utilice únicamente fondos públicos, y una oposición a medidas de nacionalización de pérdidas. Acabó diciendo: «Como representante del PCE pido a los empresarios que actúen como tales, y no como especuladores.»

Acuerdo con el ministro de Industria

Juan Manuel Kindelán, ingeniero y hombre del PSOE en el tema siderúrgico, dijo que el sector está profundamente enfermo. En él se ha gastado mucho dinero público para apoyar a sectores privados que ahora se encuentran en situación de práctica quiebra. Todos los Gobiernos Suárez, añadió, son responsables de esta situación fundamentalmente, porque no se han enfrentado a tiempo con la crisis.El señor Kindelán calificó de coherente y racional el plan propuesto por el Ministerio de Industria, pero manifestó su temor de que no se llevara a cabo o de que tenga lo que él llamó «gato encerrado». «Como representante del PSOE estoy dispuesto a aceptar el plan, pero temo que sea otra estafa.» «Temo que el único que vaya a poner dinero caliente, fondos nuevos, sea el Estado, mientras que los intereses privados no aporten nada o, en todo caso, sólo accedan a reconocer que han perdido los créditos concedidos a sus empresas. Más adelante señaló que, en su opinión, toda la siderurgia integral debe concentrarse en una sola empresa nacionalizada. Terminó su intervención haciendo un llamamiento a la dotación de medios a las escuelas técnicas para la formación de las personas que más adelante se van a responsabilizar de la gestión de las empresas.

La última intervención corrió a cargo del catedrático José Montes, que pidió un plan urgente de actuación que suponga taponar agujeros en el cortísimo plazo, programar y coordinar las actividades y producciones de las tres empresas integrales, establecer mecanismos financieros para sanear el sector y vigilar cuidadosamente el cumplimiento de los compromisos del plan. En este punto el señor Montes hizo especial hincapié en el tema de la productividad y en la mecanización para lograrla.

Destacó el catedrático de Metalurgia el hecho de que Ensidesa se ha visto siempre arrastrada en sus decisiones. La tragedia del sector, según el señor Montes, es que lo que en un sitio sobra en otro falta, y que no existe, por tanto, ningún tipo de coordinación.

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